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Chapter Ultimas 95



Capítulo 95

Quizás no esperaban que me pusiera tan firme, ya que Mohamed mostró un atisbo

de sorpresa.

Miriam, en cambio, se mostró triunfante. Que yo enfrentara al anciano era justamente lo que ella quería.

Sin darle tiempo a Mohamed para enojarse, comencé a explicarle la situación de inmediato, “Una compañera de la universidad me invitó a comer, su primo acaba de regresar a México. Como la última vez Lilia expuso que me había rapado, un borracho que me reconoció quiso propasarse y arrancarme la peluca, pero el primo de mi amiga intervino amablemente para ayudarme, ¿qué más quieren saber? ¿Quieren invocar el espíritu de Lilia para preguntarle quién la mandó a seguirme y difamarme?”

Mohamed no sería tan impulsivo, al ver a Miriam a su lado, ya me imaginé lo que había pasado.

Como esperaba, la cara del anciano se tensó, y su mirada hacia Miriam ya no fue tan amable.

“Jon, ¿escuchaste lo que dijo Iris? Cosas de fantasmas y espíritus. ¡Yo estoy embarazada, no puedo escuchar este tipo supersticiones!”

Miriam actuó asustada, tratando de acercarse a Jonathan, pero él la esquivó. En cambio, se levantó y se paró a mi lado, tomándome de la mano.

“Abuelo, si fue un malentendido, mejor nos vamos.

En ese momento nos marchamos sin vacilar.

Él no habló durante todo el camino, pero su boca apretada, dejó en claro que algo lo había molestado.

Como no mencionó nada, yo tampoco ofreci explicaciones. Si me creía o no, realmente me daba igual.

Finalmente, no pudo contenerse, “¿No dijiste que habías quedado con Violeta?”

“Su primo acaba de regresar al país, fuimos a comer juntos. Ella tuvo que marcharse antes.”

Mi explicación lo dejó sin palabras, finalmente murmuró con dificultad, “Ese hombre no me parece buena gente, con un solo golpe dejó tumbada a una personal en el suelo.”

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Lo miré sin decir nada, acaso había olvidado que él en la universidad también era capaz de tumbar a alguien con un solo puñetazo?

Finalmente suspiré, “Él es doctor. El tipo tenía problemas hepáticos, ni siquiera usó mucha fuerza.

Después de decir eso, senti que darle explicaciones no tenía sentido, así que como no quise seguir gastando saliva, me quedé en silencio.

Pero Jonathan, quien claramente no me creyó, siguió interrogándome.

Al llegar a casa, finalmente exploté.

“Jonathan! Es doctor, estoy al borde de la muerte y vino a tratarme, ¿qué problems hay?”

Al principio se quedó atónito, luego se quedó mirándome con impaciencia.

“Iris, ¿por qué dices eso? ¿Te gusta tirarte tierra a ti misma? Aunque estés enojada, no hace falta decir esas cosas, ¿verdad? ¿No sabes que a veces lo que deseas puede hacerse realidad?”

En ese momento cerré los ojos, y decidida a no seguir discutiendo, me fuil directamente a mi habitación.

Se lo insinué varias veces, tuvo muchas oportunidades de conocer mi situación, pero no lo hizo.

Tenía tiempo para buscar dónde se había vendido el anillo de matrimonio, tenía tiempo para asegurarse a qué hospital habla ido, pero ni siquiera se molestó en verificar a qué departamento me dirigí.

No le importaba, y yo estaba realmente cansada.

la puerta de

Cuando Jonathan tocó mi habitación, me irrité.

“No vengas a buscarme, estoy realmente cansada. Voy a pedir unos días libres, no iré al trabajo.”

Él vaciló en la puerta por un momento antes de finalmente decir un “está bien“.

A la mañana siguiente, apenas él salió, me dirigí al hospital privado donde trabajaba Diego.

Su familia tenía una larga trayectoria en la medicina y poseían varias clínicas en el

país.

El día anterior le había dicho que quería un tratamiento privado, y él arregló todo de

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inmediato.

Después de revisar mi historial médico, finalmente cambió su expresión.

“Tienes suerte y no la tienes al mismo tiempo. Es raro que alguien con una recaída pueda tener una cirugía exitosa, pero también son pocos los que recaen. Por ahora, parece que las células cancerígenas pueden ser eliminadas, pero también dañarán tu salud. En este momento, lamento decirte no hay una cura milagrosa. Pero el nuevo medicamento que estuve investigando en Estados Unidos podría ayudar a pacientes como tú. ¿Quieres probarlo?

Al escucharlo asenti rápidamente, no dejaría pasar ninguna esperanza.

Pensando en lo que Violeta había dicho anteriormente, pregunté con cautela, “Violeta mencionó que tú también estabas investigando un nuevo medicamento.”

“Eso seria para cuando tengas una tercera recaída, todavía está en fase de ensayos clínicos.”

En ese momento me quedé sin palabras, al parecer la desgracia y la fortuna van de la mano, las posibilidades de recuperación no eran grandes.

Mi mirada cayó sobre mi plano abdomen, y luego pregunté, titubeante, “¿Voy a volver a tener una recaída?

“No necesariamente, primero vamos a controlarlo con medicación.”

“¿Y todavía hay posibilidad de que tenga hijos?”

Diego ajustó sus lentes, “Sí, podrías, pero no podemos garantizar que no haya

efectos en el niño.”

La manera en que la habló con esos grandes suspiros realmente me irritó, pero tampoco me atrevi a enojarme con él.

“Si te cuidas bien y tu estado de salud mejora, tal vez en tres años también sea posible.”

“¿El niño podría llegar a heredar el cáncer?”

Eso era lo que más me preocupaba.

Diego volvió a revisar mi historial médico, “Tu caso es especial. No hay estudios definitivos que prueben que el cáncer sea hereditario, pero si hay antecedentes familiares, la probabilidad de que los hijos enfermen es bastante alta, como en tu caso.” Dijo sin rodeos.

Quizás sabía que ya no me quedaban familiares, y al decirlo de esa manera, trató

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Copitulo 95

de prepararme mentalmente.

Al final, me recetó unos medicamentos y me miró en silencio.

“Si planeas tener hijos, cuida bien de tu salud, y ten cuidado con los medicamentos. Estoy trabajando en investigación genética, intentando todo lo posible por mantener a tu futuro hijo lejos del sufrimiento de esta enfermedad.”

Sus palabras me dieron un poco de esperanza, pero luego rápidamente se desvanecieron.

“Como dije, después de tres años, si no hay recaídas… En tu situación, tener un hijo ahora sería un suicidio, ni lo pienses.


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