Chapter Ultimas 4
Capitulo 4
Jonathan no regresó esa noche, sino que se quedó acompañando a Miriam. En el grupo de chismes de la empresa, todos hablaban sobre ellos.-
(El presideme Vargas está siendo demasiado cuidadoso, ¿no? Por una herida ton pequeña, la llevó al hospital
- No entienden to que es querer a alguien? El presidente Vargas estaba realmente preocupado.)
L, Iris vino hoy a la empresa solo para atrapar a Miriam?]
[Dicen que la esposa del presidente solo quería dinero, apenas pidió cien mil, qué pena. Ese collar de Miriam que revisé cuesta ciento noventa mil.]
En ese momento silencié las notificaciones de WhatsApp, con una sonrisa
rónica en mis labios.
Pensar que la esposa del presidente daba pena era realmente cómico.
Despertada por el ruido, ya no pude dormir más, por lo que decidí empezar a organizar mis cosas.
No era la primera vez que me operaban, así que estaba acostumbrada a empacar mis pertenencias.
En casa, todo era de la mejor calidad, Jonathan tenía gusto por las buenas cosas, las sábanas, las fundas e incluso los pañuelos de papel eran de los más caros.
No dudé en meter todo en mi maleta; los artículos del hospital eran extremadamente caros y cada centavo era importante para mí.
Aunque ahora tenía cien mil, ¿y si surgía alguna otra complicación durante la cirugía?
En el hospital, el dinero se iba como agua, era mejor estar preparada.
Las joyas que podía llevar siempre eran pocas. Parada frente al joyero y mirando la cerradura electrónica, decidi no forzarla.
busters
ompia el payető, probablemente ni eers tendría la oportunidad de
dao y un pequeño y triste anillo de
Äroudkan dijo sus ats ara al anillo con que habia planeado proponerme
En ese entonces, no tenia mucho dinera y ahorrar para ese anillo debió haberte tomado mucho tiempo. Coloque el anillo en mi dedo con cuidado, sentiendo certa nostalgia.
I velor del anillo habia decayó tan pronto como lo tuve en mi mano, probablemente si decidiera venderlo navaldría mucho, y además, su fabricación era bastante rústica.
Sin embargo, tener algo era mejor que no tener nada, quizás, en un momento critico podria salvarme la vida.
Con todo listo, comencé a pensar dónde encontrar un cuidador bueno y economico. Justo cuando amanecia, el doctor me llamó emocionado, “Ya hable con el departamento de admisiones, solo ve y haz el trámite. Puedes pagar un anticipo de sesenta mil, te reservé una habitación doble, puedes compartir el cuidador con el paciente de al lado.”
El conocía muy bien mi situación, y había pensado en todas las formas. posibles para hacerme ahorrar dinero.
Agradecida, sali arrastrando mi maleta.
Al parecer, Domy, pudo sentir que me iba, ya que escuché su llanto.
Cuando mi vecina abrió la puerta, él corrió hacia mi, lloriqueando a mi alrededor.
Me agaché, conteniendo las lágrimas, y lo abracé fuerte.
*Sé bueno, mamá volverá pronto, tienes que portarte bien.”
Incluso si no regreso, tienes que seguir bien.
Mi vecina me observó como queriendo decir algo más, “Espera un
momento
Endrá a su casa y regreso con una bolsita roja en la mano.
Subi al monte hace unos días y pedi esto para ti, para que estés segura sana, ¿entiendes?*
Mirando la bolsita de baja calidad, con un amuleto que según ella, podia traer suerte, solo pude sonreir y asentifcon la cabeza.
Era una buena persona y Domy estaria bien con ella. Luego di la vuelta y subi al elevador, apretando la bolsita en mi mano.
¿Menos suerte significa que mi vida será más larga?
Gracias a las instrucciones previas del doctor, completé rápidamente el proceso de admisión.
Pensando en la cirugía del día siguiente, al acostarme en la cama del hospital, me sentí más tranquila.
Al parecer, tuve un sueño. Soñé que estaba esperando a Jonathan en la entrada de la universidad, volviendo de su trabajo diario.
Él siempre me compraba mis pasteles favoritos“.
En realidad, esos pasteles sabían horrible, todo era esencia artificial, pero eran baratos, cuatro pesos cada uno.
Cada vez que me veía disfrutarlos, se llenaba de alegría, realmente se veía muy atractivo.
Al escuchar el timbre familiar, contesté el teléfono por instinto.
“Jonathan, hoy quiero pastelitos con sabor a arándano, ve temprano a hacer fila.”
Del otro lado de la línea hubo una pausa, luego, con dulzura, dijo: “Está bien, espérame.”
Me di la vuelta y volví a dormir, sorprendentemente, ese día tuve un sueño agradable.
Al despertar al día siguiente, me sentí revitalizada, y hasta las enfermeras
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bromearon diciendo que con buen ánimo, la cirugía, seguramente sería un éxito.
Normalmente no diría nada, pero hoy es día de cirugía, ¿no vendrá algún familiar? Alguien debe firmar.” Dijo el médico mirándome con seriedad.
Al escucharlo, bajé la cabeza, sintiéndome algo irritada por dentro.
Ya no me quedaba familia, solo Jonathan. Viendo cómo me encontraba, el médico suspiró y me dijo que lo pensara bien, que la cirugía sería en un momento.
Sin saber qué hacer, miré mi celular nerviosamente, sintiendo una ansiedad inexplicable.
¿Acaso esta vez algo saldría mal?
El teléfono volvió a sonar, era una llamada de Jonathan.
Con un tono de voz algo alegre, contesté casi por instinto, “¡Jonathan!”
“Iris, ¿me estás bromeando? ¿No quedamos en comer pasteles? ¿Dónde estás? ¿Qué te pasó?”
Al escuchar esa voz irritada, me quedé sin palabras.
Así que no había sido un sueño, Jonathan realmente me había llamado, incluso me había comprado pasteles.
Las lágrimas llenaron mis ojos al instante, pensando en lo que dijo el médico, con voz ahogada, dije: “Jonathan, yo ahora…”
Antes de terminar mi frase, of una voz bien tierna de una chica dulce del otro lado del teléfono.
“¡Jonathan, estos pasteles de nata están riquísimos! ¡Con razón insistías en hacer fila para comprarlos!”
Era Miriam, así que colgué sin pensarlo dos veces. Finalmente la había llevado a casa.
Poniéndome los zapatos entré en la oficina del médico, “Doctor, firmaré yo misma.”