Chapter Ultimas 29
Capítulo 29
Jonathan se mostró algo aturdido por mi indiferencia, ya que se quedó mirándome con cierta confusión.
Anteriormente, siempre era yo quien lo perseguía, y en ese momento, de repente le dije que ya no lo necesitaba, era normal que se extrañara.
Pero tal vez lo que él no entendía, era que no era algo repentino.
De pronto se mostró irritado y me empujó contra el lavabo.
“¿Cómo que ya no necesitas nada de eso? ¿Qué quieres decir?”
“Deberías saber que como la señora Vargas, tienes muchos eventos a los que asistir, ¿cómo puedes decir que no necesitas nada de eso?”
Lo miré con indiferencia, sin mostrar ninguna emoción en mis ojos, me reí.
¿Cuando más lo necesitaba, él no estaba, y en aquel momento que ya no lo necesitaba, insistía en darme el honor?
“¿De qué te ríes?” Preguntó frunciendo el ceño aún más.
Conteniendo un suspiro, le respondí suavemente.
“Jonathan, ¿para qué insistir? Si quieres una señora Vargas presentable, mejor elige a Miriam. Con un collar de cientos de miles, los bolsos más nuevos, y tu afecto, ella sí que sería la señora Vargas ideal. Por donde lo veas, ella es la más adecuada para ser cumplir con ese papel, ¿no es así?”
Empujándolo con cierta irritación, regresé a la mesa. Seguir discutiendo no tenía sentido, y ya había pasado la edad de querer discutir con él.
En solo tres años, sentí como si hubiera envejecido treinta, ya no quería pelear.
Jonathan me siguió con el rostro sombrío y se sentó de mal humor. Jasmina me miró con una sonrisa falsa y preguntó: “Iris, ¿cuánto tiempo llevas así con las náuseas? ¿Es como un malestar constante?”
Roberta también parecía algo preocupada, “Oye, ¿tú ciclo menstrual sigue siendo regular?”
Entendi a que venian sus preguntas, pensaban que estaba embarazada, que risa
Sin esperar mi respuesta, Mohamed golpeó la mesa.
“Ah, mira, parece que la familia Vargas nalmente tendrá descendencia. ¿Debe ser eso, debe ser esol”
Viendo su rostro lleno de felicidad, realmente no quise destrozar sus ilusiones.
Pero hay cosas que es mejor saberlas de antemano para evitar mayores decepciones en el futuro.
Tomé un sorbo de vino tinto bajo las miradas sorprendidas de los presentes, y lentamente, dije, “No, últimamente he tenido problemas estomacales, no estoy embarazada,”
Jasmina claramente se relajó, recostándose en su silla.
“Ya decía yo, después de tantos años sin noticias, casi pensé que el milagro. había ocurrido.”
Mohamed tosió fuertemente, y ella se calló,
Roberta sonrió nerviosamente, “No pasa nada, todavía son jóvenes. Estás muy delgada, quizás por eso no te es fácil concebir. Cuidate más, Iris, pocol a poco llegará, poco a poco.”
En realidad, ambas familias preferirían que yo fuera estéril de por vida.
Sin la descendencia de Jonathan, la familia Vargas pasaría a ser de ellos.
De eso era consciente, y Mohamed también.
Con un golpe, dejó caer los cubiertos en la mesa, mirándome con desaprobación.
“Iris, sé que eres fuerte, pero también debes pensar en la familia Vargas. Jonathan es el único nieto que tengo, deberías entender cuán importante es tu papel.”
Mohamed siempre había sido así, sabia distinguir lo importante, y no me trataba mal, solo que sus ideas tradicionales eran muy profundas.
Shubiera sido en otro momento, habria estado dispuesta a tener hijos con
Jonathen
Pero lamentablemente, ya no podia v atmque pudiera, tampoco lo haría. Y
Al vei que no respondía, el anciano estuvo a punto de enfadarse, pero en ese momento, Jonathan intervino
“Abuela, Ins y yo ahora estamos muy ocupados, nuestras carreras están en pleno auge, tener un hijo realmente nos afectaria Dijo apresando mi mano con fuerza, evitando que me soltara. Frente a su familia, aún debía mantener las apariencias, así que simplemente dejé de resistirme.
Pero lo que dijo a continuación me dejó helada.
“Además, por el momento tampoco quiero tener hijos, no está en mis planes.”
Al escucharlo decir eso bajé la mirada, sin querer ver la reacción de los demás.
¿Es que por el momento no quería tener hijos, o por el momento no quería tenerlos conmigo?
Todavia recuerdo cuando me insultó llamándome “sucia” después de saber que había ido a Seattle a vivir con el mantenido de papá, que le daba asco.
¿Cómo podría querer tener un hijo conmigo? Sin darme cuenta, mis ojos se llenaron de lágrimas.
Cuando empezamos a salir, siempre dije que quería tener una feliz familia de tres.
En aquel entonces, él aún era un huérfano sin familiares de sangre, siempre sintiendo que le faltaba algo. Le dije que quería ser su familia, que nuestros hijos serían su familia de sangre. Pero él dudó. Por eso mismo llegamos a discutir, hasta sentí que no me amaba.
Más tarde, me llevó al centro comercial, donde probó en secreto un simulador de dolor de parto.
Al escuchar sus gritos, me quedé atónita.
pespués, con el rostro pálido y bañado en sudor frío, se acercó a mí y me abrazo fuertemente
Finalmente, entre dientes, dijo algo.
“Realmente duele mucho, zoomo puede doler tanto?”
to abrace de vuelta, ausurrando: “Pero un asi quiero tener un hijo, un hijo que comparta tu sangre.”
tuego nos quedamos abrazados asi, si decir nada por mucho tiempo.
Al final, el lloro.
“Entonces lo mejor será una cendrea bajo anestesia general, yo me encargare del niño, pero solo uno, no man.”
Sus palabras me hicieron reir entre lágrimas. No volví a hablar hasta que la cena familiar terminó.
Sentados en el auto, ninguno de los dos habló, en ese momento, no supe que estaría pensando él.
Y yo, solo podia pensar en el rostro de mi madre.
El porcentaje de cancer en mi familia es demasiado alto, no me atrevia a apostar. Cuando nos amabamos, no tenía corazón para lastimarlo a él o al niño, mucho menos en ese momento, que ya no sentia nada por mí.
Al regresar a casa, cerré la puerta y lo miré en silencio, prestando atención. a su figura algo cansada.
Pensando en las caras de los Vargas, tragué saliva y dije suavemente: *Jonathan, divorciémonos.”