Chapter Capítulo 83
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Capítulo 83 ¿Te sientes culpable?
-ild ota!
-¿Qué dijiste?-preguntó Alejandro molesto.
La manera sombría en la que habló su jefe hizo que regresara a la realidad y estaba consternado. ¿Acaso no estaba pensando? ¿Cómo terminé diciéndole eso en voz alta?». Aun así, al estar en esa situación incómoda, intentó defenderse de inmediato ya que tenía experiencia.
-Lo lamento, señor Calire; no me referia a usted. Es que anoche vi una telenovela romántica con mi madre y el protagonista era un id*ota.
«Eso es, qué gran idea tuve», pensó el asistente. Por otro lado, Alejandro frunció el ceño y lo miró disgustado. ¿Telenovela romántica?».
-¿Acaso en eso piensas cuando estás trabajando?
Y me lo dice el hombre que pasa tiempo con otra mujer en su trabajo. ¿Qué importa si eso es en lo que pienso?». Era evidente que Pedro no se atrevia a decir lo que pensaba en voz alta.
-No señor. solo lo recordé mientras caminaba hacia su oficina. Le juro que el drama es muy cursi y que el protagonista es repugnante porque juega con dos mujeres a la vez; iacaso eso no es lo que hacen los idotas, señor Calire?
-No tengo tiempo para esto; busca una solución para esta propuesta de adquisición -ordenó mientras le entregaba una carpeta.
Alejandro no se dio cuenta de la similitud entre el id*ota que describía y la relación con las dos mujeres. Aunque lo maldecía en su mente, Pedro sabía que debía cumplir con su trabajo, por lo que tomó el documento.
-De acuerdo.
-Ese tono de voz». Alejandro no pudo evitar mirar a Pedro y notó que este lo observaba con odio. Habían trabajado juntos muchos años, pero él jamás lo había mirado de ese modo.
-Pedro, ¿no crees que estás transmitiéndome el odio de ese id ota de la televisión por la manera en la que me observas? -preguntó con los ojos entrecerrados.
—Sí, es cierto, és que era muy parecido a usted y por eso me acuerdo de él cuando lo veo – respondió,
El hombre se quedó boquiabierto; ¿qué podía decirle si lo estaba relacionando con una telenovela? ¿Qué su asistente era grandioso?
-No puede culparme a mi, señor Calire, sino al actor que es idéntico a usted. No solo es muy similar, sino que además se comporta muy mal. ¿No cree que es irrisorio que esté entre dos mujeres?
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Alejandro tenía una expresión cada vez más sombría mientras observaba el comportamiento de Pedro; entrecerró los ojos y lo miró de manera mordaz.
-¿Estás diciendo que soy un id*iota?
–
-¿Qué? -respondió e intentó negarlo-. ¿Acaso siquiera lo he mencionado a usted? Estoy hablando del protagonista de la televisión. Su jefe no le respondió y él continuó-: Ya entiendo, señor Calire. Usted cree que yo estoy diciéndole id*ota, ino? ¿Cómo se atreve?! La señorita Juáre viene muy frecuentemente a su oficina y está con usted, pero creo que solo son amigos y que no traicionará a la señorita Selva como ese actor mediocre de la televisión, estoy en lo correcto?
Al escuchar la insinuación de Pedro, Alejandro se enojó tanto que tenía las venas de la frente inflamadas y creyó que era suficiente.
-Parece que tienes bastante tiempo libre.
Luego de cinco minutos, Pedro salió de la oficina de Alejandro abatido y con una pila de documentos; observó el trabajo que debía completar durante los próximos tres dias debido a lo que le había insinuado y suspiró. -Debería haberme quedado callado». Pero en cuanto pensaba en el embarazo de la señorita Selva y que ella no le había dicho al señor Calire por la relación extraña que tenia con Claudia, se enfureció. -No puedo imaginar la angustia que debe sentir la señorita Selva-. Por ese motivo, Pedro decidió que iba a continuar llamando id*ota a Alejando incluso aunque él lo reprendiera de ese modo.
Victoria no estaba al tanto de todo lo ocurrido y aún continuaba con sus tareas; sin embargo, se puso de mal humor y comenzó a bostezar sin parar frente al monitor. Jazmín la vio cuando le llevó una bebida.
-¿Está cansada, señorita Victoria? ¿Quiere que me encargue por usted?
-¿Puedes hacerlo? -preguntó sorprendida por la voluntad de la joven.
-He aprendido mucho de usted este último tiempo y estoy segura de que puedo hacerlo. -AŁ ver que ella aún dudaba, la ayudó-. Vaya a descansar, señorita Victoria. Yo me encargo.
La joven quería negarse porque no era apropiado que durmiera durante las horas de trabajo, pero estaba exhausta.
-De acuerdo; descansaré diez minutos.
-Está bien.
Luego, fue a su sala privada. Debido a su estatus, nadie se atrevería a decirle nada, pero si esparcirían rumores a sus espaldas si dormía todo el día, por no mencionar que solo era un descanso de diez minutos. Luego de ingresar, la joven se acarició el vientre.
-No solo eres glotón, sino que también perezoso, ¿no, mi pequeño?
Luego, agarró la manta que había en el sofá y se acostó a dormir. Mientras tanto, Jazmín trabajaba en el escritorio de Victoria. «De ahora en adelante, protegeré a la señorita Victoria», pensó. La
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joven solo queria dormir diez minutos, pero no se despertó hasta luego de una hora. ¿Quién habria imaginado que se quedaria dormida? Se puso de pie y se encontró con Jazmín en su escritorio. Al mismo tiempo, la asistente la miró cuando escuchó sonidos a sus espaldas.
-Buenos dias, señorita Victoria. ¿Pudo descansar? Solo ha transcurrido una hora; creo que deberia dormir un poco más comentó al mismo tiempo que tomaba una silla y la ayudaba a sentarse-. Le compré un postre; debe estar hambrienta. Debería comer un poco antes del almuerzo.
-Postre-. Victoria miró el pastel de fresas que le entregó Jazmin; se veia delicioso, pero no pudo evitar sospechar del comportamiento de la joven.
-¿Qué quiere almorzar, señorita Victoria? Yo me encargaré.
-¿Te sientes culpable por algún motivo? -preguntó y la observó.
“¿Por qué de repente es tan considerada?». Le preguntó de ese modo porque le preocupaba que Jazmin hubiera escuchado el mensaje de voz. La joven asistente se alteró de inmediato y la mirada la delató.
-N–no. ¿Por qué lo dice?