Secreto de amor novela por ursula suarez

Chapter Capítulo 16



Capítulo 16 ¿Todavía lo defiendes?

-Ahora que lo dices así, tiene sentido.

-Es un hecho, para empezar. ¿Qué joven ama trabajaría como secretaria?

-Pero no lo entiendo. ¿Por qué un matrimonio falso?

-Estoy segura de que hay una razón. Se dice que la señorita Selva y el señor Calire crecieron juntos. En ese entonces, cuando los Selva quedaron en bancarrota, el señor Calire empezó a salir

con ella quizás porque quería ayudarla. Quiero decir, míralo. ¿Hay alguien que se atreva a intimidar a la señorita Selva ahora?

-Ah, ¿si? Bueno, el señor Calire seguro que es un gran hombre.

-Incluso he oído que él ha estado esperando el regreso de Claudia Juárez todos estos años. Lo juro, solo nuestro jefe es tan leal.

Mientras la gente rumoreaba, Victoria se quedó detrás de ellos y escuchó en lugar de alejarse. Parecia tranquila a simple vista, como si ella no fuera el tema de sus habladurías. Pronto, Noel se detuvo en la entrada y bajó la ventanilla, mostrando su apuesto aspecto.

-Vamos, sube.

Sin rodeos, Victoria subió al auto bajo las miradas de todos y no fue hasta que el vehículo se alejó

cuando los curiosos volvieron en sí.

-Era la señorita Selva, ¿no?

-Creo que sí.

—Entonces, ¿crees que oyó lo que dijimos antes?

—¿Y qué si lo hizo? Nosotros no somos los que difundimos el rumor; nos enteramos por ellos. Además, no hay nada malo en lo que hemos dicho. ¿Acaso no estamos diciendo la verdad? Si no, ¿por qué no nos corrige? Debe estar ocultando algo.

-Tal vez ella tampoco sabía cómo hacerlo. Después de todo, esa mujer estaba sentada en el auto del señor Calire cuando él pasó.

El

grupo siguió rumoreando y miraban el vehiculo que ya se había alejado. En tanto, Victoria subió la ventanilla impasible y observó los árboles y edificios mientras se marchaba con el corazón apesadumbrado. A la vez las acaloradas habladurías de los empleados se repetían en su mente, así como el Cayenne negro que pasó a toda velocidad junto a ellos.

-¿Qué ocurre? Pareces distraída le preguntó Noel al notar su tristeza.

Victoria volvió en sí y forzó una sonrisa.

-No es nada. Puede que solo sean las consecuencias de estar enferma.

Él suspiró.

-Tu… ¿Cuánto tiempo ibas a ocultármelo?

Cuando lo oyó se quedó pasmada.

—¿De qué estás hablando?

¿Qué le he ocultado? ¿Es posible que se haya enterado de que estoy embarazada? ¿Pero quién se lo ha dicho? La única que sabe del embarazo es Sabrina, aparte de los médicos del hospital». Por supuesto, ella descartó la posibilidad de inmediato. Gracias a ella, Sabrina y Noel también se conocían y mantenían una relación amistosa. Ambas lo consideraban como una figura de hermano mayor, pero Sabrina nunca le revelaria nada sobre ella a él. Por tanto, lo que él sabía podia no ser su embarazo.

-¿Por qué no me dijiste que Claudia ha vuelto?-preguntó momentos después.

Victoria se quedó perpleja un segundo al oír la pregunta; por suerte, no se refería a su embarazo. En realidad, llevaba dos días nerviosa debido a eso. Ante aquello, respiró aliviada, sin modular.

-¿Qué relación tiene contigo su regreso?

Sus palabras lo dejaron atónito y miró a la joven con impotencia. Si no la hubiera conocido bien, quizás habría supuesto que le estaba replicando.

-Tienes razón. No tiene, pero ¿y tú? ¿Tampoco está relacionado contigo? -Victoria se calló ante eso y Noel continuó-: Ya sabía que no se conocían cuando empezaste a salir con él. Sobre todo, sabiendo lo que dijo, pero aun así tú… -El hombre dejó sus palabras en suspenso, pero su tono y sus emociones fueron suficientes para transmitir su mensaje.

Estaba decepcionado con ella. Por otro lado, Victoria se alegró de que él no supiera nada de su embarazo o su tono sería aún más horrible de lo que era en ese momento. Tal vez porque estaba casi siempre callada, Noel no dijo nada más después de aquello. Luego de llevarla a un restaurante y ordenar la comida, le dijo:

-Espérame aquí. Volveré en diez minutos.

-De acuerdo. Ella asintió, sin energía para preocuparse por lo que él estaba tramando.

Diez minutos más tarde, regresó con una bolsa.

-Toma, agarra esto.

-¿Qué es?

-Algunos medicamentos-reveló-. Estás enferma, ino? Ya eres una mujer adulta. Deberías llevar siempre contigo algunos de estos que son comunes, ¿no? Puedes tomar uno cada vez que

no te sientas bien.

—Pero si ya estoy mejor. —Cayó en una especie de trance mientras miraba la bolsa de artículos.

-Guárdala para la próxima vez, entonces.

-De acuerdo.

Tras eso, la guardó. En ella había un montón de píldoras comunes.

-Gracias, Noel.

-No hay problema. -Asomó la cabeza-. No me dejes afuera, ide acuerdo? Dime si tienes algún problema.

-Está bien.

Tras aquello, se callaron y almorzaron tranquilos. Momentos después, Noel no pudo resistirse a

preguntar:

-Ya has conocido a Claudia, ¿verdad?

Victoria se detuvo por un segundo antes de asentir.

-Si.

-Entonces, ¿qué está intentando ahora al venir directamente por Alejandro? ¿Quiere reavivar su

amor?

-Reavivar su amor» sonó muy molesto para Victoria, así que le corrigió.

-Reavivar, no. ¿Qué relación real tenían desde el principio?

Claro, Alejandro había dicho aquello, pero ambos no se estaban viendo en ese momento. Hablando de eso, Victoria nunca lo entendió. ¿Cómo es que los dos nunca salieron en ese entonces? Por derecho, se habrían convertido en pareja cuando él declaró que el lugar junto al suyo sería para siempre Claudia, quien también estaba enamorada de él. Por otra parte, era inútil, aunque ella se diera cuenta en ese momento.

-¿Todavía lo defiendes?

Noel no pudo evitar enarcar una ceja, lo que llevó a la joven a fruncir los labios y murmurar:

-Solo estoy constatando un hecho.

-Ya la ha llevado a la oficina e incluso ha dejado que otros hablen mal de ti, ¿y aun así sigues defendiéndolo? -argumentó con el ceño profundamente fruncido.

¿Qué fue lo que escuchó en la despensa de la oficina esta mañana?

-Ustedes se han enterado, ¿verdad? La novia legitima del señor Calire ha vuelto.

-¿Novia legitima? ¿Acaso el señor Calire ya no está casado? ¿De qué novia legítima estás hablando?

-El matrimonio es falso, por supuesto. Si es real, el señor Calire estaría dispuesto a dejar que su esposa trabaje como secretaria? Esta es la verdadera; se dice que ella lo salvó una vez. Además, est de una familia acaudalada y por fin ha vuelto de estudiar en el extranjero. Ella y el señor Calire son la pareja perfecta.

-¿Qué? Si ella está viendo al señor Calire, ¿qué hay de la señorita Selva?

-¿Te estás escuchando? ¿Qué más puede hacer que volver a su vida humilde cuando no consigue pasar de mendiga a millonaria?!

Aquellas palabras quizás les habían hecho gracia, ya que todos los presentes en la despensa se reían a carcajada. Mientras tanto, Noel, que estaba afuera, apretaba la mandíbula con fuerzas. -¿Tendrá relación con la repentina enfermedad de Victoria? O si no, ¿cómo puede ser tanta coincidencia?».


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