Rómpeme Cúrame y Olvídame novela completa

Chapter novela completa Capítulo 213



Capítulo 213 

Briar no sabía cómo había logrado salir de la casa de Melody ese día, las últimas palabras de ella lo habían herido dejándolo totalmente desarmado. Casi huyendo, abandonó su hogar, manejando su coche a toda velocidad por la autopista, con las ventanas bajadas, dejando que el viento entrara directo y golpeara su rostro. 

Sentía que todo su cuerpo temblaba, era un dolor espasmódico brotaba de su pecho. 

Cuando llegó a su casa, entró tropezando como si hubiera sufrido una gran herida, abrió la puerta y se dejó caer en el sofá. 

Luego, se encogió lentamente, como un bebé indefenso, agarrándose fuertemente la ropa sobre el pecho. 

Era como un general derrotado, con la moral destrozada, temblando mientras intentaba respirar hondo, solo para darse cuenta de que el dolor era tan intenso que hasta respirar dolía. 

Briar cerró los ojos, y sintió lágrimas frías en sus mejillas. Después de un largo silencio, soltó un rugido bajo, seguido de sollozos. 

Pensó que no le importaba, que podía enfrentarse a todo con facilidad, pero la mirada de Melody era tan dolorosa y tan cruel, cada palabra que decía era como una cuchilla torturándolo. Se sentía desintegrado, con un dolor intenso en todo su ser. 

Nunca había prestado atención a esa mujer, la odiaba, ¿entonces por qué se sentía tan dolido al darse cuenta de que no le importaba a Melody? 

¿Su despreciable deseo de posesión le causaba tanto sufrimiento? 

Las manos de Briar se apretaban con fuerza, pero ni eso podía detener el temblor de sus dedos. Se sentía como si estuviera recuperándose de una enfermedad grave. Las palabras insultantes que él había dicho sobre ella, ahora se reflejaban sobre él. 

¿Cómo podía decir que se arrepentía? 

No la amaba, se decía que no la amaba, pero ¿por que se sentía tan dolido? 

La noche se hacía eterna, cada segundo torturaba el corazón de Briar. 

Sentía que perder a Melody era incluso más doloroso que cuando había perdido a Eda Abano. 

… 

Después de una noche de desvelo causado por Briar, Melody llegó tarde al trabajo al día siguiente, pensando en que le descontarían de su salario por la puntualidad. Luego de llegar a su puesto, bostezó. 

-Qué raro verte llegar tarde, le comentó Marina mientras giraba un bolígrafo entre sus dedos. -Pensé que eso era solo cosa de Tresito-. 

Justo cuando terminaba de hablar, otro hombre llegó tarde, arrastrando los pies y con cara de no haber pegado un ojo, y entró a la oficina. -Buenos días…- 

-Felicidades, Tresito, llegaste tarde otra vez-, le dijo Luna mientras tecleaba con fuerza. 

Trey apenas levantó los párpados con desgano y se dirigió a su escritorio, donde rápidamente se tumbó para seguir durmiendo. 

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Capítulo 213 

-Bueno, al menos su bono mensual siempre supera su salario base-, comentó Bruce, que se acercaba balanceando su cola imaginaria. -¿Estás cansada, diosa? ¿Qué tal si te tomas un café instantáneo?- 

Melody soltó una carcajada, aceptó el café que él les repartía a todos y encendió su computadora para empezar un nuevo día de trabajo. 

Lo que no esperaba era que Darío Iglesias apareciera en su estudio de trabajo. 

Cuando lo vio en la recepción, su primera reacción fue girarse para irse, pero Darío la llamó y no tuvo más opción que detenerse. 

-Luna me dijo que alguien me buscaba, pero jamás imaginé que serías tú, le dijo Melody, sin siquiera sentarse, fue directo al grano. -Señor Iglesias, ¿a qué se debe su visita?- 

Darío la miró durante un momento, como si intentara descifrar alguna debilidad en su rostro, pero Melody se mantenía imperturbable. No encontrando nada, el hombre finalmente le dijo con voz grave, -¿Dónde está Leonora?- 

La respuesta de Melody fue un silencio sepulcral. 

Él chasqueó la lengua impaciente y le preguntó de nuevo, -¿Dónde está Leonora? Mi paciencia también tiene límites…- 

-Ella está muerta- 

Mélody levantó la vista y miró a los ojos de Darío, -¿La está buscando? ¿Para enviarle una corona de flores o qué? ¿Para rezar por su alma?- 

Los ojos de Darío se contrajeron, y por instinto negó, ilmposible!- 

-¿Imposible? Ya pasó una semana de su muerte- Melody soltó una risa fría. -Leonora no tenía familiares, yo sola me encargué de todo su funeral. Su retrato aún está en mi casa. ¿Qué pasa, te remordió la conciencia y viniste a rendirle homenaje? 

Darío sintió un escalofrío recorrer su espalda, subiendo hasta la nuca. 

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