Rómpeme Cúrame y Olvídame novela completa

Capítulo 188 

Después de que a pecho. Luego, Trey volvió a su estado de indiferencia habitual. Apenas 

Melody volvió al estudio, todos la consolaron de nuevo, diciéndole que no se lo tomara se sentó frente a su escritorio, 

sé quedó dormido de un golpe, como si le hubieran cortado la corriente. 

-Qué habilidad para dormir al instante-, le comentó Marina con asombro desde un rincón. -Es un milagro que haya llegado a los 27-. 

-Ya estamos viejos-, bostezó Luna. -Mira, nuestro Tresito es alto y tiene la piel brillante, en cualquier otro lugar estaría en la lista de galanes, pero parece que nunca ha tenido novia. Ya se nos va para los treinta, ¿cómo no va a poder encontrar a alguien?- 

-Con esos horarios al estilo gringo, menos mal que sigue respirando, olvidate de novias-, se quejó Bruce, agitando su cola imaginaria antes de volver a su sitio. -¿Has oído eso de que los diseñadores no tienen tiempo para tener parejas?- 

Sin embargo, al caer la tarde llegó un nuevo cliente que tomó por sorpresa a Melody. Luna le dijo que habia rogado y suplicado a los jefazos de la compañía hasta conseguir el número de WhatsApp de un gran empresario y después de una tarde de insistencia, logró que se diera una vuelta por el estudio 

Queriendo redimirse, Melody se ofreció voluntariamente a intentarlo de nuevo. Con los ánimos de Marina detrás, entró a la sala de recepción con una sonrisa ansiosa, pero se congeló al ver a un hom -rubio sentado despreocupadamente en el sofá. 

Qué mala pata, ¿siempre tenía que encontrarse con la gente que menos deseaba ver? 

La sonrisa de Melody se desmoronó, -Hola Sr. Mateo- 

Mateo se acomodaba en el sofá como si fuera el dueño del lugar, con las piernas estiradas sobre la mesa de centro, más en plan de pasarla bien que de hablar de negocios. 

Cuando el hombre sonreía, sus ojos brillaban como gemas, se veían deslumbrantes y tentadores. 

-Qué coincidencia-, le dijo él, con una sonrisa desenfadada y esa actitud rebelde que lo caracterizaba. Melody respiró hondo y se sentó frente a él. Al ver su expresión seria, Mateo no pudo 

do evitar 

querer reirse. -Oye, ¿no tienes nada más que decirme al verme?- 

-Si solo vienes a molestarme-, señaló Melody hacia la puerta, -la salida es por allá a la derecha, no te acompaño- 

-Vaya, ¿por qué siempre tienes que ser así de ingrata?-, se quejó Mateo, que sentía haberla ayudado más de una vez y nunca recibía más que malos tratos ¿Qué le debía él? 

En el corazón de Melody, Mateo nunca tendría una oportunidad con ella, asi que por mucho tiempo más no esperaba tener una buena actitud hacia él. Le pasó los documentos, -No esperaba verte a ti esta 

vez- 

-Eso suena como si ya hubiera venido alguien antes, le dijo Mateo, frunciendo el ceño con desagrado. -¿Fue Briar?- 

El corazón de Melody dio un vuelco al escuchar ese nombre y Mateo aprovechó para inclinarse hacia adelante, acercándose más a ella. 

Sonriendo, su expresión lo hacía aún más encantador y confuso, -¿Qué pasa, Briar sí puede y yo no?- Melody se sentía a prueba de balas, era inmune al dolor que esas palabras solían causarle. Ahora, 

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Capitulo 188 

frente a la burla, se había vuelto insensible. 

Solo sonrió, como si nada le importara, -Si hay inversión, cualquiera es bienvenido- 

La sonrisa de Mateo se heló y los dos parecían competir por ver quién era más duro. Ahí mismo, Mateo tomó la delgada muñeca de Melody, sus manos estaban entrelazadas sobre la mesa, pareciendo a los ojos de cualquiera una pareja de enamorados. 

Con los ojos entrecerrados, Mateo transmitia un calor intenso a través de su agarre. Melody intentó soltarse, pero él no lo permitía. -Melody, deberías saber por quién vengo-, le dijo con una v 

voz baja y grave que la hizo estremeció. 

-Sueltame, estamos en público, compórtate-, exigió ella. 

Mateo, con su caradura de siempre, aunque soltó su mano, no dejaba de mirarla con una intensidad ardiente y descarada, -Me pregunto cuántas máscaras tienes, mujer-. 

Se encontró, para su propia sorpresa, fascinado por la sensación de presionarla poco a poco, de imponer su presencia y adentrarse con fuerza en su mundo. 

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