Chapter CAPÍTULO 23
CAPÍTULO 23
ESA HABITACIÓN.
-¿Qué más viste? -la criada negó muy nerviosa.
-Solo eso señora nadie entra a esa habitación que está resguardada por guardias. Las enfermeras y el médico son los únicos que entran durante el día. Incluso la señora Rania estuvo todo el día afuera, y por más que estuvo allí de pie, no le permitieron ver a su hijo. Luego Mahir le dijo que debía volver a la habitación…
-¿Volvió a la habitación de Hakim? -Yassira pareció prenderse y la criada asintió-. ¿Dónde tiene la cabeza este hombre?
-Ella se fue y ya muy de noche, el Emir entró a la habitación…
Yassira apretó su mandíbula y se levantó de su puesto.
-¿Y esta mañana?
-Los vi salir ambos iban de la mano, y el Emir la llevaba hacia la habitación del príncipe Omar… ambos
entraron en ella.
Yassira soltó el aliento y negó.
-Vete… y busca a Adilá… dile que me urge verla. Que estaré al medio día en el salón.
La criada le hizo una reverencia, y Yassira tomó su propio cuello con rabia.
No entendía mucho, ni menos a esa mujer que parecía un camaleón. No entendía su comportamiento de último momento, y parecía que ella había olvidado las veces que se había encontrado en el pasado con ella.
Yassira estaba segura de que iba a repetirse la misma historia que Hager, la segunda mujer de Hakim, pero ella no sabía de donde esta m*****a había sacado la fuerza para soportar. La había visto débil durante mucho tiempo, y casi cantó victoria cuando los médicos dijeron que posiblemente no resistiría al parto.
¿Qué había fallado? Ella no lo sabía, pero debía estar alerta, porque a Rania parecía habérsele perdido la memoria en el parto, y no sabía si era peor de lo que había demostrado.
Ella esperó el medio día cuando el palacio estaba más ocupado, cuando se iban a tomar su comida, y caminó
en el salón mientras las manos le sudaban.
Eso, hasta que esa puerta se abrió.
-Yassira.
-Tardaste mucho…
-Tuve una inconveniente con Samir…
-¿Más peleas?
-No Adilá la cortó-. ¿Qué ocurre?
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-Dame la botella, me desharé de ella…
Adilá miró a todas partes, y tardó un poco en sacarla de su vestido.
Era diminuta, apenas con unas gotas podías hacer mucho.
-¿Qué harás con ellas? -Preguntó Adilá interesada y vio cómo Yassira lo guardaba rápido.
–Déjamelo a mí…
-Realmente esta mujer ya no solo te afecta a ti, también a todos. ¿Quién se cree? Antes pensaba que esa pesada de Zahida era un grano, pero estoy cambiando de opinión.
Yassira achicó sus ojos.
-Ni las menciones, si Hakim se llega a enterar de lo que ustedes hacían con esa mujer… se le acaba todo a
mi hijo.
-Pero ya no está… está bien muerta y nadie la extraña… así que, no hay nada que temer.
-Cuídate las espaldas… esa madre de Rania, la he visto hablar con Samir… ¿De qué hablan? -A Adilá se le amargó la boca.
-Nunca me dice, solo responde que se saludan… pero también me cae de la patada esa mujer. Tiene que ser igual que la tonta de Rania.
-De tonta no tiene nada… ¿Puedes creer que me dijo que era muy casual que ambas mujeres de Hakim tuvieran los mismos síntomas y las dos hayan estado que mueren en el parto? ¡Solo que ella sobrevivió… y ahora no entiendo cómo! -Yassira dio un golpe en la mesa que hizo saltar a Adilá.
Adilá se quedó un momento en silencio, y luego se lo dijo a Yassira.
-Espero que tengas todo controlado, Yassira, Rania tiene un poder que tú no posees… y ese es el favor del
rey.
Yassira sonrió.
-¿Y crees que yo no? Soy la primera esposa…
-Todos sabemos por qué surgió ese matrimonio. -Yassira se acercó como una víbora, y la apuntó.
-Ten cuidado con tus palabras, nuera querida…
-No te estreses… solo te lo recuerdo. Para nadie es un secreto que el rey te mantiene aquí por cosas del
deber…
-El deber no me llevó a su cama, Adilá…
-Yassira, eso pasó hace mucho tiempo… él ni te mira…
-Pero lo hará… volverá a mis brazos cuando vea que soy la única mujer leal a él a pesar de los años. Lo
hará cuando sepa que ninguna de esas moscas muestras le sirven para nada… Hakim volverá a mis brazos, y entenderá que nunca debió haber salido de ellos.
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Adilá hizo una mueca. Yassira tenía sus cuarenta y tantos años, no se veía vieja, y tampoco era fea. Al
contrario, se conserva completamente y usaba un buen maquillaje todos los días, de hecho, ella nunca la
había visto sin uno.
Sin embargo, bastaba con mirar la frialdad del rey hacia ella, y a decir verdad, Adilá se mantenía fiel a ella, por
amor a Samir.
***
Rania soltó el aliento, tener a su bebé en brazos de casi más de un día, le había robado el aliento, y ahora que
olía su cabecita y le hacía caricias, le había vuelto a la vida.
Hakim la miró en silencio, esta era la segunda vez en el día en que la dejaba entrar a la habitación donde
estaba su hijo siendo atendido. Y ella se veía bastante tranquila ahora.
-Tengo asuntos que atender… despídete de Omar… vendremos en la noche… -Rania nó titubeó en aceptar
su solicitud.
Le dio su bebé a la enfermera, pero antes le besó la cabecita todas las veces.
-Creo que su compañía lo ha mejorado mucho más… -La enfermera le sonrió y Rania esbozó su
agradecimiento.
-Que Alá te bendiga por cuidar a mi hijo y eso conmocionó al rey de inmediato.
-Con gusto…-Rania volvió a darle muchos besos a su hijo, y luego ambos salieron de su habitación.
-Gracias no sabes cómo un peso ha caído de mis hombros… -Hakim la miró serio-. Hakim… Laya.
-No se te ocurra–Y Rania reprimió su impotencia.
-No es culpable…
-Hasta que la persona que le hizo esto a mi hijo salga de donde está… mis órdenes seguirán al pie de la letra
-Ella bajó su mirada y asintió.
-Está bien… y lo acepto.
-Iré al trabajo… cualquier cosa, estaré en la oficina.
Hakim fue a darle un beso, pero se detuvo solo rozando su mejilla con sus dedos.
Rania lo vio perderse en los pasillos, y se recostó a la pared. Ella cerró los ojos soltando el aire, pero
prontamente un recuerdo apareció en su mente.
“¿Dónde lo escondiste?”
“Está en mi habitación”
Sus ojos se abrieron de golpe, y sus pies comenzaron a caminar tan rápido que su agitación le quemó la
garganta. (2)
Ella iba en camino a la habitación de Adilá, y nadie se lo iba a impedir…