Chapter CAPÍTULO 12
CAPÍTULO 12
LA HABITACIÓN DEL REY.
A pesar de que el Emir literalmente los había corrido, todos se sentaron en silencio en la mesa, mientras la
cena era servida, entre tanto Zahida observó a Laya con su bebé, y le sonrió para levantar el rostro hacia el
Emir.
-Quiero hacerte una petición… -Susurró de forma baja a Hakim, pero en el momento otra persona, ingresó
al comedor.
Era esa mujer, la primera persona que vio cuando vino a este cuerpo, y que tenía su mano tomada cuando ella
había tenido al bebé.
Sus ojos se achicaron, y Laya se pegó a ella para decir.
-La madre de Rania. Hadara.
Y Zahida lo entendió todo.
..
-Lamento la demora la mujer dijo sentándose muy cerca de Yassira, y Zahida sonrió hacia ella de manera forzosa, y luego, sintió cómo su mano era entrelazada por el Emir.
Cosa que la tomó desprevenida en su totalidad. Sus ojos bajaron a esa mano grande que cubría toda la de ella, y a esa sensación que sacudía su cuerpo entero volvía a hacer que su mente quedara en blanco.
-¿Decías? -ella trató de amortiguar todo lo que su toque la hacía sentir.
-Quisiera quedarme con esta criada… -Hakim miró a Laya, y todos en la mesa pudieron escuchar su
petición.
-Pero… ella ha sido…
-Calla Zahida escuchó a Adilá deteniendo a la segunda esposa de Samir, que luego le mostró su sonrisa hipócrita-. Si la señora Rania quiere a tu criada, se la das…
Zahida mantuvo la boca cerrada, ahora que veía directamente a Adilá no notabą sus ojeras de antès, y se preguntó qué había pasado en su tiempo de ausencia, para que ella recuperara un poco su salud.”
-Si lo deseas… tendrás a esta criada, solo si confías en ella… -Hakim dijo apretando su mano, y Zahida
sacudió sus pensamientos.
-Sí, señor… quiero, y confió en ella…
El Emir asintió haciendo que su corazón se acelerara de forma rápida, y Zahida se sintió demasiado grande
en ese momento.
Nunca en el pasado se escuchó una petición suya, y aunque esos ojos negros que la miraban ahora como siempre deseó que la mirara su esposo, y a pesar de que era a otra mujer a quien adoraba, ella se sentía valorada por primera vez en su vida.
La cena fue corta, la mayoría comió en silencio, y solo hubo comentarios ambiguos, de los que Zahida, no
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Los ojos de Samir, el príncipe, estuvieron sobre ella, durante toda la cena.
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-Nos retiramos… -Hakim dijo de un momento a otro, y Zahida se levantó de inmediato como si le estuvieran dando una orden.
Pero cuando miró a los ojos de Hakim, se dio cuenta de que él la miraba como si estuviera extrañado con su actitud, pero él sok hizo una seña de que lo siguiera, y ella anunció a Laya que la acompañara.
-Señora
Ambas caminaban a unos metros del rey-. Creo que el rey quiere estar a solas con usted…
puedo ir a la habitación con el bebé…
Y Zahida se desesperó un poco.
-Majestad. -Nada más ella lo dijo, Hakim se detuvo, y se dio la vuelta mirando a Laya.
-¿Qué ocurre?
-Me gustaría que Laya pudiera quedarse con el bebé en una habitación contigua a la nuestra por si el bebé… él está muy acostumbrado a mí.
No estaba fingiendo. Y no era que no quisiera entrar en la habitación del Emir, pero tampoco quería apartar a
metros y metros de distancia a su bebé.
Ella notó como Hakim frunció el ceño, y ordenó preparar la habitación más cercana a sus aposentos,
mientras Zahida, sonrió.
-Gracias
deme un minuto… -Hakim asintió, y Zahida se metió en la habitación que le ofrecieron a Laya y
cerró la puerta mientras su pecho subía y bajaba.
-Laya.. creo que voy a morirme de los nervios.
Laya colocó al bebé seguro en la cama y caminó hacia ella para sostener sus manos.
-Lo está haciendo bien…
-¿Lo crees de verdad?
-Si mi señora… solo, viva el momento… -Zahida sonrió acariciando las mejillas de la criada y luego fue a su bebé para besarle el rostro.
-Avisame cualquier cosa ella estaba por salir, cuando se detuvo en la puerta y se giró para preguntar a Laya-. ¿Laya? ¿Por qué Samir tiene esta actitud con la esposa de su padre?
El rostro de Laya cambió un poco como si estuviera avergonzada.
-Desde que el rey eligió a Rania, el príncipe ha tenido más cercanía con esta mujer… creo que le atrae y aunque nunca vi corresponder a la señora Rania a ninguno de sus elogios, ella era coqueta como parte de su naturalidad…
A Zahida se le revolcó un poco el estómago y negó con sus pensamientos confusos.
Samir no solo era un poco hombre, sino también desleal hasta con su propio padre.
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Ella cerró la puerta con el pálpito incansable en su pecho y se recostó en la puerta para aspirar el aire, mientras veía que al final del pasillo, estaba la habitación del rey.
-Todo irá bien… -se dijo a sí misma, pero el temblor en su cuerpo era muy evidente.
Caminó despacio, y luego tocó la puerta, ella no escuchó ninguna voz, pero la puerta se abrió cuando apenas
la tocó.
La habitación la sorprendió, era tan amplia como un salón principal con una cama demasiado grande. La decoración se complementaba en tonos grises, oscuros, claros y blancos, con grandes espejos y cuadros,
mientras que el mismo aroma de rey, estaba por todas partes.
Zahida se giró observando todo, y, sobre todo, la gran ventana que era tan moderna, de pies hasta el techo, que iluminaba la habitación con la luz de la noche.
-Parece que fueses nueva aquí… -Zahida saltó un poco, pero sus ojos se abrieron mucho cuando, por primera vez, observó que el rey venía hacia ella, sin una chaqueta, con la camisa arremangada, mientras se
ceñía a sus brazos.
Ella sintió el palpitar en su garganta, y su boca se abrió, mientras retrocedió unos pasos.
-Sé que no puedes tomar nada… pero también sé que no estás amamantando al bebé…
Ella negó mientras sus ojos se cristalizaron.
-Lo he intentado, pero no ha sido posible, parece que no soy buena en…
El dedo del rey se posó en su boca, y su mirada profunda, y como la noche, bajó a su boca entre abierta.
-Hay algo para lo que eres muy buena… y lo retomaremos esta noche…
A Zahida le tembló la vida, porque lo que el rey no sabía, es que ella no tenía ninguna experiencia, y mucho menos sabía cómo complacerlo.
Ella no era la Rania experimentada en sus brazos, pero estaba segura de que lo intentaría cuando sus dedos temblorosos comenzaron a desabotonar, su propio vestido…