Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

El corazon de Evrie latia con fuerza.

Todos sus sentidos se intensificaron, envueltos en su distintivo aroma.

Con un movimiento sutil, le dijo: —¢No ibas a ducharte? —

—Si, ahora voy.—

Evrie sefial6 hacia el bafio, su voz todavia ronca: —Entonces ve. —

La mirada de Farel era demasiado directa, sus oscuros deseos no se ocultaban
en absoluto.

Evrie trat6 de zafarse de sus brazos, pero Farel la atrajo de nuevo hacia él.
—Dame un beso y me iré. —

Era muy insistente.

Las orejas de Evrie se tornaron rojas.

Se puso de puntillas y le besé rapidamente, como si rozara el agua con la punta
del pie.

Afortunadamente, esta vez él no la retuvo para seguir besandola.

Satisfecho con el beso, Farel la solté y se dirigié al bafio.

Poco después, se oy6 el sonido del agua corriendo.

Sobre la cama habia una camisa y un traje, ademas de una corbata desgastada.
Parecia que habia vuelto de viaje durante la noche, sin cambiarse de ropa ni
ducharse.

Era dificil para alguien con su mania por la limpieza.

Evrie, con los labios apretados, colgé su chaqueta en una percha y le alisé sus
arrugas.

Desde la ventana se podia ver el atardecer, con rayos de sol que se filtraban en
la habitacién, rojos y borrosos, como en un suefio.

El agua cayendo de la ducha se detuvo y la puerta del bafio se abrid.

Farel salié con una bata de bafio, holgada, mostrando su figura esbelta.

Su cabello atin estaba mojado.

Se sec6 un poco y lo dejo caer sobre su frente, ocultando sus cansados ojos.
Evrie se acercé y faciimente not las sombras bajo sus ojos, que parecian mas
pronunciadas después de la ducha, como si no hubiera dormido en toda la
noche.

Ella sacé una secadora del bafio, lo enchufé junto a la cama en modo suave y
comenz6 a secar su cabello.

Farel se sent6 en el borde de la cama, le rode6 la cintura con los brazos y apoyé
la cabeza contra ella, dejandola secar su cabello.

Las manos de Evrie se deslizaron entre sus mechones, el pelo corto y oscuro
era algo aspero al tacto.

La luz del sol se colaba por la ventana, bafiandolas en una tranquila calidez,
como si todo fuera un suefio.

No fue hasta que su cabello estuvo casi seco que Evrie apagé la secadora.
Vio que Farel tenia los ojos cerrados, luciendo cansado.

Ella mir6 su teléfono y hablé en voz baja.copy right hot novel pub

—Todavia tenemos dos horas antes de ir a escalar, duerme un rato. —

Farel la abrazé diciendo: —¢ Aqui contigo? —

Evrie le respondié: —También puedes ir arriba a dormir. —

—No. —Farel apret6 su abrazo, —Quiero dormir aqui contigo. —

Evrie sabia que no seria facil que él regresara.

Esa habitacion en el Gltimo piso no era més que una decoracion.

Farel se quedé enredado con ella, la convenci6 de acostarse y luego la envolvié
firmemente en sus brazos, cerrando los ojos.

—A dormir. —

Evrie parpaded, acurrucada en su pecho sin moverse.

El estaba realmente exhausto.

Ella podia verlo.

Siempre estaba ocupado, sin descanso.

En solo unos afios, habia llevado una pequefia compafiia farmacéutica a cotizar
en bolsa, con un crecimiento constante y numerosas cadenas de produccion.
Solo por eso se atrevio a enfrentar a Marin.

Durante estos cuatro afios, se habia sumergido en el trabajo.

Solo, decidido, comedido, avanzando paso a paso sin detenerse.

Evrie estaba llena de pensamientos enredados y sin darse cuenta también se
quedo dormida.

Hasta que el sol se puso, durmié profundamente, sinti€éndose como si estuviera
en un calido nido de algodén, por un tiempo que parecia un siglo.

Cuando despertd, vio a Farel de lado, frente a ella, mirandola fijamente sin
parpadear.

Al abrir sus ojos, se encontré con su mirada.

—¢ Cuando fue que despertaste? —

—Hace media hora.

—¢ Por qué no me despertaste? —

—Te vi durmiendo tan placenteramente, no quise hacerlo. —

La voz de Farel sonaba baja y ronca, resonando de una manera especial en la
habitacién oscura.

El corazén de Evrie se conmovio.

Habifa dormido profundamente, mas que la Ultima vez en su casa, y eso sin
tomar somniferos ni beber alcohol.

Evrie se levant6 de la cama.

Vio que Farel ya se habia cambiado, llevaba ropa casual, holgada y grande, lo
que le daba un aspecto relajado y desenfadado.

Ella disfrutaba viéndolo asi de perezoso.

Como si todos los problemas y asuntos urgentes no tuvieran nada que ver con
cl

Como si solo necesitara vivir una vida tranquila y serena.

—Bibibi—

Su teléfono en la mesita de noche vibré, interrumpiendo los pensamientos de
Evrie.

Alcanzé el teléfono y contest6 la llamada, era una llamada de Blanca.

Evrie asinti6 un par de veces y colgo el teléfono.

—Vamos, Sr. Haro, ¢salimos a divertirnos? — propuso.

Farel le respondié con una mirada suave y una voz ligeramente resignada —Ve
th—

—¢No vendras? —

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Farel la mird, y en su voz aun residia

una sutileza de desilusion —Por la

noche hay mucha gente, no es bueno
mostrarse demasiado. — The content

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Evrie de repente lo recordé.

Ellos dos seguian jugando al amor clandestino.

Aunque no sabia si Marin habia notado algo en el tira y afloja de hoy.

Pero con Farel cerca, él manejaria todo a la perfeccion.

La moderacién siempre habia sido su estilo.

Ella solo podia despedirse —Entonces, ¢me voy? —

—Mmm. —

Evrie se puso el abrigo y salié del hotel sola.

Al lado estaba la zona de descanso, la de entretenimiento, tiendas de camparia,
mantas, de todo un poco.

Como era una actividad departamental.

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El departamento de recursos

humanos, con camara en mano,

reunio a todos para una sesion de

fotos, lo que tomo bastante tiempo.

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Blanca la atrajo con entusiasmo —No

te vayas, mi carne esta a punto de
cocinarse, te dejaré probar mis dotes

de cocinera. — The content is on
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Evrie sonri6 —Esta bien. —

Justo lo que queria, llevarse un par de brochetas de vuelta.

La carne atin no estaba lista y Blanca andaba de un lado a otro entre el humo y
las llamas.

Berto se acercé para ayudarla, pero ella lo empuj6 con la mano, y los dos
comenzaron a discutir.

Evrie no queria meterse en sus asuntos y encontré un lugar apartado para
sentarse.

Sobre su cabeza, un cielo lleno de estrellas centelleantes, y en la distancia, las
montafias oscuras.

Parecian infinitas, como si estuviera sumergida en ellas.

Una brisa paso, y su corazon se tranquilizé con ella.

—¢ Quieres agua? — le ofreci6 alguien a su lado, extendiéndole una botella.
Los ojos de Evrie brillaron por un momento, y sin pensarse, se giro.

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