Chapter Capítulo 354
Evrie le preguntó instintivamente–Joan, ¿qué pasa? –
Capítulo 354
-Señorita Evrie, alguien está bloqueando nuestro auto, parece que es su padre afuera-, le dijo Joan con cierta preocupación.
Evrie miró a través de la ventana y, en efecto, allí estaba Pablo agitando las manos con emoción hacia ella.
Ella dudó un momento y luego se dirigió a Joan: -Espérame aquí en el coche, voy a ver qué pasa-.
-De acuerdo, me quedaré esperando en la esquina-, le respondió Joan, desactivando el seguro del vehículo.
Evrie abrió la puerta y se bajó del coche.
Pablo la vio y apresuró el paso hacia ella.
Ya podia caminar, incluso sin la ayuda de un bastón, aunque aún lo hacía lentamente y se notaba la diferencia con una persona común.
-Evi, por fin te encuentro, ¿por qué no contestas mis llamadas? –, inquirió Pablo.
Evrie le respondió con un tono de voz frío: -¿Qué necesitas?
–
La indiferencia de ella hizo que Pablo se sintiera incómodo, pero aun así mantuvo una sonrisa mientras decía: -No es nada serio, solo quería decirte que tu cuñada dio a luz, hay una nueva integrante en la familia y nos mudamos de esa gran casa, ahora vivimos en la antigua casa del campo-.
-Ya veo-, le dijo Evrie, girándose para irse, pero Pablo la detuvo.
-¿No tienes más preguntas? –
Evrie se detuvo y preguntó: -¿Niño o niña? –
-¿Qué? –
-¿El bebé, es un niño o una niña? —
Pablo, casi por instinto, le respondió: -Es una niña, muy hermosa, se parece a tu cuñada-.
-Una niña…-, murmuró Evrie- ¿Acaso ella también será la mala suerte de la casa?
Pablo se sorprendió por un momento.
Luego, entendiendo, su rostro se llenó de culpa y balbuceó una explicación: -Ella está muy bien, a tu madre le encanta, incluso le puso el apodo de ‘Tesoro‘, dice que es la joya de nuestra familia-.
Evrie presionó sus labios en silencio por un momento.
Algo se movía dentro de ella.
Así que no todas las niñas en su familia eran vistas como una desgracia.
Solo ella lo era.
Solo a ella la habían despreciado.
Con una sonrisa sarcástica, no dijo más y se giró para irse.
-Evi-, Pablo la llamó una vez más, vacilando antes de decirle: -Tu madre, tiene cáncer-
Evrie se detuvo de nuevo.
-Es cáncer de estómago, está en etapa terminal-, continuó Pablo sin esperar respuesta- Ha sido por años de represión emocional, lo que llevó a una enfermedad mental y luego a problemas gastrointestinales, lo que con el tiempo ha degenerado en cáncer de estómago. Ya no hay cura-
Evrie se quedó inmóvil, su rostró se quedó sin expresión.
La vida o muerte de Marcela no parecía provocar en ella ninguna emoción.
Aparte de la sorpresa, no había otros sentimientos.
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Capitulo 354
-Sé que todavía estás enojada con tu madre, pero yo también tengo la culpa. Papá te pide perdón. Las personas cuando están al borde de la muerte siempre hablan con bondad, si tienes tiempo, ve a verla-.
Evrie le dija con indiferencia: -Estoy muy ocupada, ya veremos-.
Pablo, con voz suave, le insistió: -El médico dice que su estado mental es inestable y que no le queda mucho tiempo de vida. La llevé de vuelta a la casa de campo, ven cuando puedas-.
Evrie no le respondió.
Esta vez, se alejó a paso firme.
Pablo la miró alejarse, sus lágrimas empañaron su vista, y el remordimiento lo invadió por completo.
Habían perdido a su hija.
Dentro del coche.
Evrie miraba por la ventana, viendo cómo los árboles de la alameda pasaban en retroceso.
Miró y miró, y sus recuerdos también comenzaron a retroceder.
-Desagraciada, carga inútil, ¿de qué sirve criarte? –
-¡Fuera de mi vista, verte me irrita! ¿Quieres competir con tu hermano por un pedazo de carne? ¡Vete a comer pan
duro! –
-Todos estos pasteles son para tu hermano, jsi te atreves a probar uno, te mato! –
-¿Te atreves a comer helado? ¿Has olvidado lo que te pasó la última vez que lo hiciste? ¡No mereces helado en toda
tu vida!
Evrie cerró los ojos.
Dejó que esos recuerdos se esfumaran poco a poco de su mente.
Llegaron al Barrio El Magnético.
Joan llevó las maletas directamente al apartamento de Farel, bloqueando la habitación de invitados.
-Señorita Evrie, el Sr. Haro ha instruido que usted se aloje directamente en la habitación principal para prepararse para
el matrimonio.-
Evrie-……
-El Sr. Haro está ocupado esta noche y no está seguro si podrá regresar. Si no necesita nada más, ¿me retiro? – le preguntó Joan.
-Está bien, gracias por tu esfuerzo-, le respondió Evrie asintiendo con la cabeza, observando cómo Joan se
marchaba.
Ella desató el nudo del bolso para gatos, y el pequeño felino saltó fuera, escondiéndose bajo la mesa de café de un
brinco.
Evrie no se preocupó por él y se puso a desempacar sus cajas y maletas una por una, organizándolo todo
meticulosamente.
Cuando terminó con todo, ya era de madrugada.
Se acostó en la cama, por su mente pasaba un torbellino de pensamientos, impidiéndole conciliar el sueño.
Evrie se levantó, buscó en su bolsa y encontró dos pastillas para dormir. Se las llevó a la boca y se las tragó enteras.
Después de un tiempo indefinido, cayó en un sueño leve y confuso.
Sintió algo húmedo en sus labios, una presencia familiar y fresca que se infiltraba entre ellos.
Se hizo más intensa, más profunda.
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Capítulo 354
Hasta que Evrie, luchando por respirar, abrió los ojos entre la neblina del sueño.
Se encontró con los oscuros y hermosos ojos de un hombre.
Farel había regresado.
Capitulo 355