Chapter Capítulo 351
Capítulo 351
-Ya está, tedo ha pasado, felicidades a los dos por finalmente concretar su amor, de ahora en adelante serán días felices para los enamorados que se unen en matrimonio.
Berto les dijo con una risa ligera, rompiendo la tensión.
Evidentemente, sus palabras complacieron a Farel.
Levantó la mano y la colocó sobre el hombro de Evrie, con autoridad declaró -Cuando nos caseros, los invitaré a la
fiesta de boda.
–
Berto bromeó -Entonces parece que debo preparar un regalo. –
Blanca no esperaba que ellos se casaran tan rápido.
Hace unos meses todavía estaban sufriendo por su separación, y ahora ya están hablando de matrimonio.
Qué cambio tan drástico.
-Entonces yo también les felicito por adelantado. –
Después de ofrecer sus buenos deseos, Blanca le echó un vistazo al reloj, ya era tarde y tenía que volver a la empresa.
Se despidió y justo cuando estaba por irse, Berto la detuvo.
-Espera. –
-¿Qué pasa? —
–
Berto sacó su teléfono -Agreguémonos en WhatsApp. –
Blanca ¿Qué? –
-¿Así que no vas a cumplir tu palabra? Dijiste que si te mostraba el camino, me darías tu WhatsApp. Ahora que te he guiado y tu visita ha terminado, no me estarás tomando el pelo, ¿verdad, diseñadora Blanca? –
Blanca se quedó sin palabras.
En efecto, se lo había prometido antes.
A regañadientes sacó su teléfono y le mostró el código QR de su WhatsApp.
-Pero te advierto, suelo estar muy ocupada. Aparte del diseño, no tengo interés en nada más, así que no me mandes mensajes sin sentido. –
-Tranquila, solo somos amigos, podemos ir poco a poco. –
Berto escaneó casualmente y agregó su WhatsApp
Los cirujanos de verdad son conquistadores,
Decidió bloquearlo apenas llegara a casa.
Poco después de que Blanca y Berto se fueron, llegaron más visitas para Farel.
Debido a su estatus especial, había visitantes del hospital, de su lugar de trabajo y de varios compañeros de trabajo y líderes.
Cerca del mediodía, Tomeo llegó en silla de ruedas, acompañado de Félix.
No venían a ver a Farel, sino a agradecerle especialmente a Evrie.
-Señorita Evrie, estamos muy agradecidos, si no hubiera sido por su ingenio, mi padre y yo habríamos sido llevados a Dubái por ese maniático de Leandro.
Félix no pudo evitar desahogarse.
-Ese desalmado, incluso quiso arrebatar la fortuna de nuestra familia, ¡qué sinvergüenza! –
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Evrie no hizo comentarios al respecto.
Farel les dijo con indiferencia -Es el kanna.-
Tomeo se sintió incómodo por un momento.
Sabía que Farel estaba implicando algo sobre él.
Después de todo, abandonar a un hijo adoptivo después de criarlo durante tantos años no era algo de lo que podía estar orgulloso.
Incluso si había sentido remordimientos a lo largo de los años, siempre había tenido segundas intenciones y nunca había considerado reconocer a Leandro como parte de la Familia Rivera nuevamente.
Eso había llevado a que el poder de Leandro en el Triángulo Norte creciera cada vez más.
Félix observó a Evrie y Farel por un momento y luego, sorprendido, los señaló.
-Así que ustedes dos son una pareja, son tan cercanos, ¿esto no matará de celos a Valerio? –
Como cliente habitual de lugares de diversión nocturna, Félix solo necesitaba una mirada para comprender la relación entre ellos.
Tomeo le dio un golpe y tosió dos veces.
-Cierra la boca.
–
Félix frunció el labio -¿Qué hay de malo en decirlo? Valerio estaba tan orgulloso en el calabozo de agua, ahora debe estar derrotado, me alegra verlo así. –
Tomeo le lanzó una mirada.
Luego sacó una tarjeta del bolsillo y la entregó solemnemente a Evrie.
-Señorita Evrie, aquí hay dos millones, es una pequeña muestra de agradecimiento, por favor acéptela. –
Evrie se quedó estupefacta por un momento -¿Agradecimiento? –
-Por supuesto, en la Familia Rivera, pagamos lo que debemos, tú nos salvaste la vida, así que esto es lo menos que podemos hacer para agradecerte. -Félix intervino.
Temeroso de que ella no aceptara, agregó -Mi familia es grande y rica, es solo un poco de dinero para nosotros, no te sientas mal, si no lo tomas, mi padre y yo te quedaremos debiendo un favor, y esos favores son mucho más difíciles de devolver el dinero. que
–
Después de estas palabras, Evrie aceptó el dinero sin remordimientos.
Sabía que a los ricos les gusta solucionar los problemas con dinero.
Ahora que había aceptado el dinero, su deuda de gratitud estaba saldada.
Antes de irse, Tomeo vaciló por un momento y de repente le preguntó a Evrie.
-Señorita Evrie, quería preguntarle algo, ¿ha visto alguna vez a una jovencita de unos veinte años en el Parque LR del Triángulo Norte? –
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–
Sacó una foto desgastada del bolsillo y se la entregó a Evrie.
-De pequeña lucía así. –
Evrie bajó la vista hacia la foto. Mostraba a una niña de unos cinco años con dos trenzas en su cabello, con rasgos faciales y ojos muy parecidos a los de Félix.
Probablemente era Giselle, la hija de la Familia Rivera que había desaparecido hace muchos años..
Evrie pensó un momento y ligeramente sacudió la cabeza. -No recuerdo haberla visto, pero conozco a dos chicas de unos veinte años, una se llama Anita y la otra Natalia. Podría intentar verificar con ellas.
Tomeo suspiró.
–
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-Ya verifiqué con ambas, y con todas las chicas del Parque LR de Leandro, pero ninguna es ella. –
Parecía que habían estado buscando durante mucho tiempo.
Evrie suspiró en silencio.
Esa chica que terminó en el Triángulo Norte, así que después de tantos años, probablemente tendría pocas posibilidades de estar viva.
El Triángulo Norte era un lugar temible, sin dudas.
Farel reflexionó por un momento, tomó un billete y escribió una serie de números telefónicos para dárselos.
-Quizás podrían preguntarle a Marcos, él tiene cierta influencia allí y es rival de Leandro.
-Pero no puedo intervenir directamente, dependerá del Sr. Rivera.-
Tomeo tomó la nota, agradeciéndole repetidamente.
Luego se marchó rápidamente con Félix.
Una vez que se fueron.
Farel cerró la puerta, y colgó un cartel de -No molestar-.
No quería recibir más visitas por el resto del día.
Luego volvió al dormitorio, corrió las cortinas y, de un impulso, tiró a Evrie sobre la cama.
-¿Qué… qué haces? – Evrie, tomada por sorpresa, cayó de espaldas en la suave cama y al instante ya estaba mirando la amplia y guapa cara de Farel.
-Esta es una cama grande, y hace meses que no nos damos un gusto, ¿qué crees?