Niña en sus ojos Reina en su tierra (Jazmín) novela completa

Capítulo 622 

En todos los foros y grupos de chat estaba que ardía el tema. 

Todo giraba en torno a Jazmin. 

Adrián, con un gesto de frustración, lanzó su celular sobre la mesa diciendo, “No lo puedo creer, ¿cómo es posible que ella haya sacado la máxima puntuación? Tiene que haber trampa, seguro que hay algo raro“. 

Greta, mientras revisaba la conversación en el grupo del colegio, mordía su labio con fuerza, con la cabeza agachada y una expresión de disgusto en su rostro. 

En la prueba de matemáticas Jazmin habia sacado la máxima puntuación, otra vez. 

Era increible. 

En su antigua escuela, Jazmín siempre había sido la última de su clase, sacando cero en todas las materias. 

¿Cómo era posible que, al llegar al Colegio Paxsi, de repente sacara la máxima puntuación en todo? El Colegio Paxsi era conocido en todo el país por su excelencia académica, sin comparación. Los recursos y el profesorado del Colegio Paxsi superaban por mucho a los de la antigua escuela de Jazmin. 

No tenia sentido que, con tan malos antecedentes académicos, al llegar al Colegio Paxsi Jazmín se convirtiera en la mejor estudiante. 

“¿Qué trampa? ¿Ahora van a decir que Jaz hizo trampa?” Abelia, que también estaba siguiendo la conversación en el grupo, no podía creer lo que leía. Cuando vio que algunos sugerían que Jazmín había hecho trampa, se enfureció. Estaba a punto de escribir una respuesta cuando escuchó a Adrián hablar de trampas. Levantó la vista, con una sonrisa sarcástica y le dijo, “¿Así que porque no pueden superar a Jaz van a empezar a decir que hizo trampa?” 

Adrián, con el rostro tenso, le replicó, “Todos sabemos lo difícil que fue el examen de esta vez, la última vez varios sacaron la máxima puntuación, pero en este apenas si alguno llegó a 137 puntos. Y ella, que entregó el examen en menos de diez minutos, sacó la máxima. ¿Cómo esperan que creamos que su puntuación es legítima?” 

Abelia, rodando los ojos, le contestó, “Que ustedes no puedan lograrlo no significa que otros no puedan. Que les parezca difícil no quiere decir que para todos lo sea. Mi Jaz es inteligente, sacó la máxima puntuación y si ustedes pueden hacerlo, con gusto los felicitaré también“. 

“Claro, sacar la máxima puntuación haciendo trampa debe ser muy impresionante“, le dijo Adrián con una sonrisa llena de sarcasmo. 

“Adrián, tú… 

“Además, para hacer trampa se necesita de condiciones propicias. Que yo sepa, el compañero de banco de Jazmín es Loreto, de los peores estudiantes del año. Delante de ella se sientan Max y Aragón, que también son estudiantes pésimos“, Octavio interrumpió a Adrián. 

“¿Estás insinuando que Jazmín copió de ellos y así sacó la máxima puntuación?“, le preguntó Octavio, su voz no era fuerte, pero lo suficientemente clara para que todos en el aula lo escucharan. 

Algunos que también dudaban de la legitimidad de la puntuación de Jazmín, de repente se dieron 

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cuenta de lo absurdo que sonaba. 

Es verdad. 

Si Jazmin hubiera hecho trampa, necesitaría de un ambiente propicio para ello. 

Ella está en la clase F, ¿cómo podría hacer trampa? 

Está rodeada de los peores estudiantes del año. 

Y¿cómo haría trampa para sacar la máxima puntuación? 

Esta vez, además, las pruebas se corrigieron entre diferentes clases, eliminando cualquier posibilidad de favoritismo por parte de los profesores. 

Ningún profesor daria la máxima puntuación a un estudiante de otra clase. 

Adrian no supo cómo responderle a Octavio, y su rostro se tornó aún más sombrío. 

Viendo que Adrián no tenía argumentos, Abelia se sintió satisfecha y le dijo, como quien no quiere la cosa, “Recuerdo que algunos dijeron que si Jaz sacaba la máxima puntuación en el examen de matemáticas, se arrodillarían y la llamarían ‘Reina““. 

“Eso lo escuchamos varios. Ahora que están esparciendo rumores sobre que Jaz hizo trampa, ¿será que quieren evadir su promesa?” 

Adrián se puso rojo como un tomate, estaba respirando con dificultad. 

Y no era el único en la clase que había hecho esa apuesta. 

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Con una expresión tranquila en su delicado rostro, Jazmín les dijo: “¿Hay algún problema?” 

Hugo se retorció la boca un momento: “Por supuesto que no. Lo que quería decir es, ¿puedes entenderlos?” 

“Claro que sí.” Jazmín pareció encontrar la pregunta un tanto extraña, frunciendo ligeramente el ceño, “Si no los entendiera, ¿por qué los leería?” 

Bueno… 

¡Eso tenía sentido! 

Así que Jazmín, aun estando en el bachillerato, ya podía entender cursos universitarios. 

No solo eso. 

Había aplicado esos conocimientos de manera tan fluida que, evidentemente, dominaba los métodos a la perfección. 

“¿Podrías resolver este problema usando las mismas fórmulas y tu enfoque?” El profesor de la clase B de al lado sacó un examen viejo y en el reverso escribió un problema difícil de la competencia matemática del año pasado. 

Era una pregunta de muy alta dificultad. 

Ni siquiera el campeón del año anterior había podido resolverla. 

Jazmín miró hacia el papel, no dijo nada y se acercó al profesor. 

Luego, extendió la mano: “Profe, ¿me presta su pluma?” 

El profesor se sorprendió, pero luego le pasó la pluma de inmediato. 

Al pasársela, su mano tembló ligeramente y su rostro se iluminó con una expresión de emoción. 

Con la mirada fija en Jazmín. 

Sin cortarse un pelo, Jazmín vio una silla vacía en la oficina, la arrastró hasta ella y se sentó. 

Tomando la pluma, la giró con destreza en su mano. 

El profesor le preguntó ansiosamente: “¿Te parece difícil?” 

Jazmín levantó la vista, encontrándose con los ojos ansiosos del profesor, y le dijo sinceramente: “Más o menos.”