Chapter 72
Capítulo72
Ema fingió estar preocupada y preguntó ansiosamente: -Hija, ¿cómo te lastimaste la mano?;
Cuéntanos!
-Beatriz, no tengas miedo, solo dilo. ¡No dejaremos impune a quien te lastime!- Leona también fingió estar nerviosa y preguntó.
-Me encontré con Irene en el baño…- Beatriz respiró débilmente en los brazos de Alejandro, mientras dirigía una mirada llena de resentimiento hacia Clara. -Sé que a Irene no le caigo bien, asi que decidi saludarla y esperaba que pudiéramos dejar atrás nuestras diferencias. Pero Irene no apreció mi gesto y empezamos a discutir.
Clara cruzó los brazos y se rio inclinando la cabeza.
Alejandro levantó la mirada y al ver que esa mujer estaba riendo, sintió un malestar en el pecho.
–
-Luego, cuando intentaba irme, Irene me agarró y no me dejó ir… Beatriz no dijo más, dejando espacio para que los demás imaginaran.
¡Beatriz realmente sabe cómo sembrar discordia! Clara se rio a carcajadas, a punto de aplaudir la
magnífica actuación de Beatriz.
-Entonces, ¿esta herida te la hizo Irene? ¿Cómo pudo pasar eso?- Ema se cubrió la boca,
mostrando una expresión de sorpresa y asombro.
En realidad, fue ella quien reveló la escena inacabada de Beatriz.
-¿En realidad lastimaste a mi hija?- Ana se enfureció y señaló directamente el rostro de Clara. -¿
Cómo puede ser tan malvado tu corazón? ¿No puedes tener una conversación civilizada en lugar de
recurrir a la violencia? ¡Las manos de Beatriz son las manos de una artista! Ha ganado cientos de
premios de piano en todo el país. El piano es su vida. Si ella ya no puede tocar el piano, no importa
cuánto te hayas aferrado a la familia Pérez, ¡no te perdonaremos! (1)
Las palabras de Ana impactaron directamente el corazón vulnerable de Clara y rompieron sus
defensas.
Recordó su dedo meñique discapacitado debido a Alejandro, incapaz de tocar magníficas melodías
en las teclas blancas y negras del piano. Inhaló un poco de aire frío.
Ahora están discutiendo y exigiéndole respuestas.
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¿Y ella? ¿A quién debería buscar para obtener una explicación?
-Todos, por favor, mantengámonos tranquilos-dijo Rodrigo al ver que Clara estaba siendo atacada
sin responder. Estaba preocupado y dio un paso adelante para ayudarla a salir de la situación.
-Aunque Beatriz se sienta herida y desafortunada, su versión de los hechos es unilateral.
También debemos escuchar lo que Irene tiene que decir. No hay cámaras en el baño, pero
probablemente había otras personas presentes. Podemos confrontarlas y descubrir la verdad.
Leona, al ver a Rodrigo, quedó completamente cautivada, con la boca entreabierta y como si
hubiera perdido el alma, su inteligencia se desvaneció al instante.
Clara se quedó un poco sorprendida y finalmente levantó sus nobles párpados, dirigiendo una
ligera mirada a Rodrigo.
Con solo esa mirada, Rodrigo se sintió feliz, como si su corazón estuviera floreciendo y sintió que
la primavera se extendía por todas partes en su pecho.
Ambos se miraron con complicidad, convirtiéndose en una evidencia de coqueteo a los ojos de
Alejandro.
El hombre mantuvo la compostura, apretando los dedos de repente.
-No hay testigos, solo estábamos los dos en el baño en ese momento-dijo Clara con un tono
perezoso.
Rodrigo frunció el ceño, mostrando una sensación de complejidad y dificultad para resolver este
asunto.
-¡Seguro que ella lastimó a mi hija! ¡Mi hija nunca se haría daño a sí misma, Beatriz siempre ha
tenido miedo al dolor!- Ana gritaba enfurecida.
Beatriz, en los brazos de Alejandro, lloraba amargamente, pero secretamente se alegraba en su
corazón.
-Irene-Alejandro juntó los delgados labios y preguntó con voz fría: -¿fue obra tuya?
El corazón de Clara se hundió de repente, apretó el puño con fuerza y luchó para reprimir la
opresión y el resentimiento que le llenaban la nariz y los ojos.
Rodrigo suspiró sin palabras y se cubrió la frente. Alejandro era un buen CEO, pero sus palabras no
siempre eran las más apropiadas.
Alejandro notó que los ojos de Clara estaban enrojecidos y sintió una punzada en el corazón
Parece que fui demasiado duro con mis palabras
Él no era imparcial, el asunto del collar subastado lo había avergonzado, y hacia frene, habla mezclado sentimientos personales.
Como resultado, su actitud se volvió involuntariamente fria
Clara respiro profundamente, sonrió y sus labios se iluminaron como una flor.
-Fuì yo, ¿y qué? ¿Quieres vengarte?
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