Chapter 60
Capítulo60
El fin de semana, fuera de Platino y Provecho, en la Ciudad de México, se reunieron numerosos periodistas. Para proteger la privacidad de los millonarios, solo podían esperar afuera.
Pero las personas que llegaron allí eran coleccionistas excelentes y banqueros de inversión. En
este mundo donde todos iban tras el beneficio, no les interesaba la exposición mediática, y solo
ansiaban los tesoros.
Excepto las hermanas Celia y Beatriz.
Cada año, Ema se vestía de gala y convertía una prestigiosa subasta benéfica en un evento de una
estrella de tercera categoría, esperando en la entrada y dejando que los medios de comunicación la
tomaran fotos a su gusto, hasta que el personal le insistía que se marchara.
Ema parecía tener miedo de que todos olvidaran que ella era una exestrella de cine que se había
convertido en una amante destruyendo un matrimonio hace más de veinte años. Esto hacía que
Enrique no asistiera personalmente a estos eventos desde hace dos años, probablemente sintiendo
que no valía la pena.
Sin embargo, este año Ema no recurrió a sus viejas tácticas, ya que Beatriz le rogó anoche que les diera a ellas la oportunidad de aparecer en público. Después de todo, eran familiares, y aunque Ema no quisiera, no podía negar.
Así que, este año, Ana y Beatriz se encontraban en la puerta como “anfitrionas“.
-Nuestra familia Sánchez asiste a la subasta con la esperanza de adquirir excelentes piezas de colección y contribuir a la caridad–declaró Ana con una actitud elegante de alta sociedad frente a los periodistas.
-Señora Sánchez, ¿cómo está la situación financiera del Grupo Sánchez? Se dice que están al borde de la bancarrota.
-¿La denuncia del Señorito Sánchez se ha terminado? ¿Será condenado?
-Se rumorea que la señorita Sánchez y el jefe de Grupo Hernández están pasando por una ruptura amorosa. ¿Es cierto?
¿Ruptura amorosa?
Beatriz solo escuchó claramente esto y, de repente, se adelantó con su vestido arrastrando por el
-¿Qué ruptura amorosa? ¿De dónde sacaron eso?
-No hace falta ponerse tan nerviosa, señorita Sánchez, solo estamos preguntando.
Después de todo, con los problemas que ha enfrentado la familia Sánchez y el hecho de que el jefe Hernández, como su prometido, no haya intervenido ni haya mostrado su posición clara, es
comprensible que haya especulaciones externa.
-¡Alejandro y yo no hemos terminado! ¡No pueden divulgar estas tonterías!
Beatriz estaba tan frustrada al recordar que Alejandro no se hubiera comunicado con ella en estos
últimos días, elevando el tono de su voz.
Ana rápidamente colocó a su hija, que había perdido la calma, detrás de ella y sonrió a las
cámaras, diciendo: La relación de mi hija con el jefe Hernández siempre ha sido estable. Les pido
que no piensen demasiado. En cuanto a los asuntos entre la familia Sánchez y la familia
Hernández, son asuntos comerciales y no están muy claros.
-Hoy, el jefe Hernández también está presente en este evento, ¿por qué no aparece junto a la
señorita Sánchez?
-Parece que nunca han aparecido juntos, ¿es para evitar sospechas?
-¿A qué te refieres con evitar sospechas? Si el jefe Hernández viniera, ¿cómo no podría acompañar
a mi hija…?
-Pero muchos de nosotros lo vimos, el jefe Hernández ingresó al lugar media hora antes. -un
periodista irrumpió de repente.
Ana y Beatriz se quedaron perplejas, con los rostros pálidos.
Mientras tanto, Alejandro ya había ingresado al lugar acompañado de César.
-Alejandro-
Rodrigo mientras se acercaba rápidamente, entrecerrando sus ojos de manera juguetona y llena de
encanto, y lo abrazó cariñosamente por la cintura a Alejandro.
-Tienes buen cuerpo, te ves fuerte.
2/4
Rodrigo le daba un pellizco en la cintura delgada de Alejandro.
-¿Puedes ser más respetuoso conmigo, deja de tocarme con tus manos?-Alejandro frunció el ceño ligeramente, sin moverse pero mirándolo friamente de reojo.
-Bah, eres tan falso. ¿Qué pasó con la fuerza que usabas para pellizcarme en la cama cuando
éramos niños?
Rodrigo dejó de tocarle la cintura, pero extendió sus largos brazos para acariciar sus anchos
hombros -Hey, hey, tu prometida y tu futura suegra han llegado. ¿No vas a saludarlas?
-Evitar sospechas.
-No está mal, parece que aún hay posibilidad de salvar tu cerebro tan enamorado. Esta vez no
fuiste a estar a su lado día y noche, pero debes saber que el Grupo Sánchez ahora tiene una
reputación mala. Cualquiera que se relacione con ellos terminará mal.
-¿Quién tiene un cerebro tan enamorado?
Alejandro frunció el ceño de repente y se volvió descontento.-No pienses que esto es tu territorio, Rodrigo. No creas que no me atreveré a hacerte algo debido al Grupo Rodríguez.
En los círculos de la alta sociedad, era bien conocido que el dueño detrás de Platino y Provecho era el Grupo Rodríguez, y era administrado en su totalidad por el señorito Rodríguez, Rodrigo.
-Tío, solo lo digo por tu bien. No quiero ver cómo tu reputación de toda la vida se arruina por la familia Sánchez.
Rodrigo, haciendo un mohín: -Mi abuelo no quería que la familia Sánchez participara en esta fiesta. Pero consideramos tu situación, y les damos permiso a la familia Sánchez.
-Sabes que la família Sánchez ya no merece estar aquí.
-Tal vez no ahora, pero Beatriz eventualmente se casará conmigo. Espero que puedas cambiar tu opinión sobre ella para entonces.
La mirada de Alejandro se oscureció–Después de todo, la familia Sánchez es la familia Sánchez. Beatriz no es lo mismo.
-Entiendo, Es verdad que debo respetar a tu esposa. Pero Alejandro, supongo que no te va a gustar lo que voy a decirte.
-Entonces, mejor no lo digas más
-Ya sea la apariencia, o la personalidad, sigo pensando que tu ex, que es como una rosa salvaje y
vibrante, te merece. Tú eres como un fuego apagado, solo la señorita Irene puede encender ese
fuego en pleno invierno–dijo Rodrigo eventualmente.
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