¡Mamá más Suave! Papá Llora Otra vez novela completa

Capitulo 4 

Rosalba, con el corazón palpitando a mil por hora, no podía creer que estaba en esa situación. Sabia que marcharse solo atraeria más la atención, asi que se quedó quieta, rezando para que Luciano no la 

reconociera 

Cuando Luciano finalmente le hablo, le hizo señas para que se acercara. 

“Ven aqui,” dijo. 

Con el corazón en la boca, Rosalba se armó de valor. Bajo la mirada escrutada de Luciano, se acercó, decidida a revisarlo sin esperar a que él dijera nada más. 

El momento en que sus dedos suaves y cálidos tocaron su cabeza, Luciano percibió una sensación familiar abrumadora. 

Sus ojos se entrecerraron, peligrosamente agudos. “Nos hemos visto antes en algún lugar?” 

Rosalba se detuvo por un instante, “No lo creo.” 

Tras revisarlo, se aparto. “Lo siento, director. Acabo de hacer un chequeo y me di cuenta de que no puedo tratar esta enfermedad. Iré a buscar a otro médico.” 

Dicho esto, Rosalba salió intentando mantener la calma. 

El director, sorprendido, exclamó, “¿Qué?” 

Luciano tenia la mirada fija en la silueta de Rosalba hasta que desapareció ante sus ojos, se levantó de un salto. Esa mujer le recordaba a alguien. 

¿A quién? 

¡A Rosalbal 

¡La mujer que habia muerto! 

Justo cuando Luciano estaba a punto de seguirla, Clemente entró apresurado. “Jefe, su hijo ha desaparecido!” 

Luciano frunció el ceño, clavando su mirada feroz en este. “¿Cómo que ha desaparecido?” 

Clemente temblaba de miedo. “Acababa de acompañar a su hijo al baño, mientras se lavaba las manos, el niño desapareció… He buscado por todos lados… Nadie… 

Luciano mostró una expresión seria. 

A pesar de no ser su hijo biológico, el joven señor era muy querido por Luciano, y ahora que había desaparecido, Clemente se temia lo peor. 

Luciano, con un dolor de cabeza insoportable, grito, ¡A qué estás esperando, ve a buscarlo!” 

“Si, si.” 

“Guillermo, al escuchar de lado, comenzó a temblar de pies a cabeza, no se podria tolerar que se perdiera este niño en el hospital. 

Guillermo, ansioso, dijo, “Sr. Beltrán, los llevaré a revisar las cámaras de seguridad, será más rápido“. 

Luciano asintió, “Llévanos.” 

“Por aquí.” 

Mientras tanto, Rosalba salia de la sala de consulta, temblando ligeramente. Mirándose en el espejo del 

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Capítulo 4 

baño, recordó todo lo sucedido hace cinco años en esa noche lluviosa, y cómo deseaba huir de Luciano. 

Él la odiaba, por Verónica, por el niño, por acusaciones infundadas. La odiaba con todo su ser. 

Se dijo a si misma que no podía dejar que Luciano la descubriera, de lo contrario, no la perdonaria. 

Rosalba se lavó la cara con agua fría y se calmó antes de salir. 

Se encontró con una enfermera que buscaba por ella. “Dra. Astrid, el director me envió que le preguntara si le estaba pasando algo.” 

“Solo me sentia mal, que otro médico lo atienda.” 

La enfermera, preocupada por su palidez, asintió y se fue. 

Rosalba regresó a su oficina para cambiarse rápidamente de ropa y salió del hospital. Acababa de aparecer frente a Luciano y temía que él sospechara de ella. Pero justo cuando iba a subir a su coche, escuchó el grito de auxilio de un niño. 

Su corazón se estremeció. ¡Ese sonido era de Darío Saldaña! 

Con el ceño fruncido y lleno de dudas, Rosalba siguió rápidamente el sonido, buscando de dónde venía.