Foera de Tus

Capítulo 29 

“¿Sabes? Tu forma de actuar tiene un nombre muy apropiado, se llama… el juego de tira y afloje“. 

Los rasgos frios y profundos de Fidel irradiaban sarcasmo, tocó el familiar dolor en el corazón de Erika que volvía a treparle densamente. 

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Al escuchar las burlas sin disimulo en las palabras de Fidel, su rostro permaneció inmutable, no mostró ni el más minimo atisbo de enfado. 

La mirada de Fidel se volvía cada vez más fria y oscura 

Vio a Erika jugar despreocupadamente con un mechón de cabello suelto en su frente, de repente, sonrió con malicia y, sin que Fidel pudiera prepararse, levantó el pie y golpeó la parte más suave de su rodilla. 

Fidel no reaccionó a tiempo, instintivamente extendió la mano para agarrar el brazo de Erika, luego se detuvo, su mirada cayó sobre los ojos risueños de Erika, y una luz fría y turbulenta brilló en lo profundo de sus ojos. 

“¿Ves? Cuando la gente se enfrenta a un peligro, instintivamente agarra a la persona o cosa más cercana, Sr. Suárez… ¿no es también tu caso?“. Su mirada bromista cayó sobre la mano de Fidel que sostenía su brazo, profundizó el sarcasmo en sus ojos y continuó: 

“Sr. Suárez, esto… ¿también se considera un acto de entregarse a mi?“. 

ey 

Después de un año de casados con Erika, Fidel siempre la había visto amable y considerada hacia él, nunca había visto a esa mujer ser tan dificil de manejar. 

El golpe que le dio en la rodilla no fue vacilante en lo más minimo, era como si… incluso si le rompiera la piema, ella no frunciria el ceño. Mirando la sonrisa en los ojos de Erika, una luz peligrosa y sombría comenzó a fluir en lo profundo de los suyos. 

Justo cuando Erika pensaba que Fidel se soltaría enfurecido por sus provocadoras palabras, se sorprendió al sentir cómo el agarre en su brazo se intensificó y Fidel la jaló hacia él, la hizo caer directamente en sus brazos. 

El rostro de Erika se oscureció instantáneamente, esa era la única vez que Fidella vio cambiar de expresión en esa noche. 

Sus grandes manos sujetaban con autoridad la nuca de Erika, impidiéndole retirarse de su abrazo, eso la enfureció hasta el punto de mirarto furiosamente. 

“Esto no se llama entregarse, se llama seguirle el juego al marido“. 

Erika, atrapada en sus brazos, luchó varias veces sin éxito por liberarse, lo que sólo aumentó su enfado. 

“Fidel sueltame!“. 

tro sombrio mientras apretaba los dientes. 

El a dijo con el rostro 

“¿Qué prisa hay? ¿Acaso es algo vergonzoso abrazar a mi propia esposa en la casa de mi suegro?“. 

La voz baja y nitida del hombre resonó con tranquilidad y un tono medio. 

Erika lo miraba con furía, mordió su mandibula inferior y le advirtió en voz baja: “Exesposa“. 

“¿Se han firmado los papeles?“. 

Fidel entrecerró los ojos, una chispa de astucia brillaba en ellos 

Después de más de un año de matrimonio, ¿por qué no supo que esa mujer tenía una habilidad tan perfecta para irritar a la gente? 

Erika fue interrumpida abruptamente por las palabras de Fidel, sintió una creciente frustración. 

Ella dejó de luchar, se quedó quieta en sus brazos sin decir ni una palabra. 

El repentino silencio y sumisión tomaron por sorpresa a Fidel, quien bajo la mirada hacia su rostro. 

Al segundo siguiente, escuchó a Erika soltar una risa sarcastica. 

Al verla levantar la mirada hacia el con una sonrisa irónica en los labios, replicó: 

“Sé muy bien si estuve jugando al juego de tira y afloje, pero el comportamiento del Sr. Suárez me deja desconcertada“. 

Al escuchar sus palabras, Fidel sintió cómo su mirada se oscurecia ligeramente. 

“Hace unos días, mandaste a tu abogado a hablar de divorcio, yo firmé los papeles como se pedla, pero no sólo te niegas a separate, sino que además te comportas de manera ambigua con una casi exesposa.