El amor del Ceo mexicanoES by Pandora

Chapter 139



Deliciosos juegos Cristóbal estaba trabajando en su laptop mientras que con un pie mecia el portabebé con el pequeño
Cristóbal en el, de vez en vez vigilaba que Camill no se levantará de la cama, el médico había sido claro, reposo absoluto hasta
que el bebé estuviera más firme en el vientre de su madre
Camill estaba recostada moviendo los pies de un lado a otro, con sus manos sostenía la sábana que la cubría, no había pasado
ni un solo día y ya sentia que no podía más, ella no era de estar así sin hacer nada
El bebé Cristóbal comenzó a desesperarse y llorar para que lo alzarán, Camill de inmediato se destapó para ir a cargarlo Alto
ahí! se escuchó la imponente voz del CEO, a dónde creés que vas? Solo voy a cargar al bebé, que tiene de malo Cristóbal?
piensas tenerme acostada todo el bendito día?
Por supuesto que no Camill!
Menos mal suspiro la bella ojiverde
No solamente será de día si no que también será de noche, te vigilaré las veinticuatro horas si es necesario
Qué? estás demente o que te sucede? no puedes estar aquí vigilandome todo el tiempo, en algún momento tendrás que ir a
trabajar y entonces podré levantarme de está cama! Sigue soñando, yo no me voy a mover de aquí! dijo Cristóbal muy calmado
Pero por qué Cristóbal? entiende que yo no puedo estar todo el día metida en la cama, no puedes estar vigilandome como un
Alcón!
Puedo y lo haré! te conozco Camill, sé que vas a querer levantarte a cargar al bebé Cristóbal pero no lo tienes permitido solo lo
alzarás arriba de la cama, tienes prohibido caminar para ningún lado que no sea el cuarto de baño, si me desobedeces te ataré
a la ca
bedeces te ataré a la cama y te haré muchas travesuras! Cristóbal miraba a la mujer fijamente
Travesuras? qué tipo de travezuras? Camill preguntaba curiosa, los efectos de las hormonas del embarazo comenzaban a
hacer lo suyo, ella se sentía exitada pero no sé lo diría al endomoniado CEO, no sabía que podía hacer con ella o que la
obligaría a hacerle, era mejor permanecer a salvo
Cristóbal inmediatamente se dio cuenta de la gran curiosidad de Camill por saber que le haría, había algo extraño en el brillo de
su mirada cuándo preguntó, acaso ella estaba... deseosa y exitada? el endemoniado CEO sonrió de lado perverso, era verdad

que no podía penetrar la intimidad de Camill pero nada le impedía jugar de otras maneras placenteras e inofensivas para el
bebé
El bebé Cristóbal ese día estaba llorando más de lo acostumbrado, al parecer el embarazo también lo afectaba a él, el Ceo lo
paseaba por toda la habitación, las pisadas de sus lustrosos zapatos de cuero color negro se escuchaban por todo el lugar, el
niño buscaba el seno de su madre, era la hora de su siesta y estaba inconfortable
Tráelo aquí Cristóbal, déjame alimentarlo, el Ceo depósito a su tesoro llorón en los brazos de
su madre, a Camill no se le dificultó sacar su seno de la cómoda pijama, rápidamente el bebé Cristóbal comenzó a comer
jugueteando como siempre en el regordeto seno de su madre Terminaré de enviar unos archivos mientras alimentas al pequeño
tazmanio, después tengo algo que hacer contigo, advirtió Cristóbal
Camill pensaba que la llevaría al jardín o quizá la llevaría a dar un paseo en auto a tomar una nieve, lo que sea era mejor que
estar encerrada en la habitación, la bella mujer ya estaba ansiosa por saber a qué lugar la llevaría su malhumorado esposo,
ingenua Camill, a dónde Cristóbal planeaba llevarla era un viaje a las estrellas
Cómo lo previó el demandante bebé se quedó dormido, el Ceo lo llevó a su habitación a recostar lo en su cuna, el moisés ya lo
había dejado, el regordeto bebé Cristóbal estaba creciendo muy rápido, una vez lo dejó el Ceo se dirigió a la habitación a hacer
lo suyo Camill lo vió volver de nuevo a la habitación conyugal, esperaba que el le dijera que harían y no lo perdía de vista, el
Ceo se acercó a la cama sentándose a un lado de la ansiosa mujer
A dónde iremos? ya dime qué vamos a hacer Cristóbal?
Iremos a las estrellas y regresaremos al paraíso, le susurró Cristóbal mientras besaba el descubierto hombro de su mujer
Qué haces demonio? sabes bien que no podemos tener sexo, deja de estarme provocando! pedía Camill pero Cristóbal no se
detenía, el seguía besando toda la piel que encontraba a su paso
No te voy a penetrar, no te asustes, dijo el Ceo a Camill cuándo la sintió tensarse asustada de que le hiciera el amor cuándo lo
tenían prohibido Lo prometes?
Lo prometo mujer! Después de suaves y apasionados besos Cristóbal desabotonó la pijama de Camill dejándola solo en unos
diminutos shorts de seda verde oscuro, los redondos senos de la ojiverde quedaron descubiertos, Cristóbal los besaba y
pasaba su esperta lengua por los rosados pezones haciendo que Camill se retorciera de placer echando su cabeza hacia atrás

El Ceo la tenía, su mujer estaba exitada por las caricias húmedas que iba dejando en su piel, poco a poco fue bajando hasta
quitar el pequeño shorts que le impedía llegar hasta donde se encontraba su objetivo, sin darle tiempo a nada, Cristóbal hundió
su lengua en la feminidad de Camill, sus movimientos suaves arrancaban gemidos de la bella mujer, estaba tan exitada que
deslizó sus manos en el cabello de Ceo para atraerlo más a su sexo, el hombre la estaba volviendo loca de placer
Cuándo Cristóbal sintió que Camill alcanzaría el orgasmo se separó de ella y se desvistió sin dejar de mirarla, el brillo del deseo
estaba en ese par de miradas oscura y verde mar, cuándo el hombre bajó su boxer su virilidad saltó como si tuviera vida propia,
sin previo aviso la acercó a los carnosos labios de su hermosa mujer introduciendo su miembro suavemente
Camill debido a la gran exitación del momento recibió el miembro de Cristóbal chupandolo y lamiendolo, los gruñidos de
Cristóbal no se hicieron esperar, el Ceo estaba disfrutando de esa deliciosa mamada como si fuera la última, con suavidad pero
también con firmeza se cogía la boca de su mujer hasta que la detuvo un momento en el que se acostó de lado y atrajo de
nuevo su vagina a él
Cristóbal volvió a poner su miembro en la boca de Camill dándose así placer los dos al mismo tiempo, Camill por el placer que
la lengua de Cristóbal le daba chupaba el miembro de su hombre dejándose llevar por el placentero momento
Camill sintió como se deshacía en los gruesos labios de Cristóbal en un delicioso orgasmo, mientras que con su mano lo jalaba
hacia su intimidad, Cristóbal derramó su semen en la boca de Camill hasta quedar completamente satisfecho


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