Chapter EI Centímetro 236
Capitulo 236
Y losto cuando el teléfono no paraba de sonar de repente se detuvo. En ese instante, solo quedaba el sonido de las llamas en in cocina y los latidon acelerados de nuestros corazones resonando en el aire A esa corta distancia, nuestras respiraciones se entrelazaban, y podia ver claramente la chispa en los ojos de Jorge… Tenía la fuerte sensación de que algo estaba a punto de suceder.
Sono un golpe en la puerta, seguido por la voz de Ainhoa desde abajo: “Jorge, Jorge, el agua en mi casa sale muy despacio, ¿puedes venir a ver qué pasa?”
Jorge, pegado a mi, claramente se tensó por un momento, y yo aproveché para rápidamente alejarme y sentarme en el sofá.
Al poco tiempo, Jorge salió de la cocina, fue y abrió la puerta diciéndole: “Ainhoa, voy contigo a ver.”
“Está bien, está bien.” Ainhoa echó un vistazo dentro de la casa, también y me saludo cortésmente: “Cami, pediré prestado a tu novio un momentico.”
me vi
Je, je… Qué manera de decirlo.
Pero yo también entré al juego: “Ainhoa, te lo puedo prestar pero devuélvelo pronto, eh.”
“Jaja, claro, claro.” Ainhoa respondió y se fue con Jorge.
Suspiré aliviada y luego, bebiendo el jugo de sandía, regrese a mi cuarto. Cuando Jorge Suspiré aliviada y luego, bebiendo el jugo d fue a llamarme, ya había pasado media hora.
El tiempo es algo maravilloso, la incomodidad de antes ya no estaba, así que busqué tema de conversación: “¿Qué pasó con el agua en casa de Ainhoa?”
“La llave estaba tapada por sarro, con cambiarla se solucionó.”
Entonces recordé lo del desalojo: “Debes saber que van a desalojar este lugar, ¿no?”
“Si.”
Pensé en su plan de volver y le dije: “Claro, al fin y al cabo tú eres inquilino, también te irás.”
“¿Y tú?” Jorge me preguntó: “¿A dónde irás?”
“No lo he pensado.” No mencioné mi idea de comprar una casa.
Jorge me miró profundamente, pero
deliciosa, hasta tuve la idea de que si Jorge algún día desapareciera de mi vida, nada pero no preguntó más. La comida que preparó estaba tendría sabor para mí.
Después de comer, Jorge y yo fuimos al parque de diversiones.
Mirella no vino? Al darme cuenta de que eranos solo nosotros dos, pregunté confundida
Jorge me dijo. No hace falta
Me rei y le dije. “Jorge, parece que estás listo para abandonar el barco después de cruzar
Jorge no dijo nada, simplemente me llevó hacia adentro, miré alrededor y vi todas las luces encendidas “Ahora parece que no hay problema con las luces, pero hay que ver el
efecto general”
“Si, antes dijiste que el mejor punto de observación estaba en la rueda de la fortuna,
vamos all después.”
Jorge, realmente no esperaba que lo lograras a tiempo.” Comenté emocionada.
“Lo que te prometa siempre lo cumpliré.” Jorge dijo eso de manera tan natural, pero yo escuché algo más en sus palabras.
No era la primera vez y sabia que lo decía a propósito para mi. Lo miré de lado y le dije:
Jorge, me he dado cuenta de que eres bastante hábil.”
“¿Habil en qué?” Su expresión era indiferente.
Estaba a punto de responder, cuando de repente una figura familiar apareció en mi
campo de visión. Mis pasos se detuvieron de golpe, y quedé mirando fijamente esa figura bajo las miles de luces brillantes, casi como si fuera una ilusión.
“¿Qué pasa?” Jorge me miró.
Luego, siguiendo mi mirada, vio a Sergio no muy lejos de nosotros.