Cuando tu prometido te engaña novela

Chapter Capítulo 4



-¿De qué estás hablando? ¿Cómo es posible? 

Diego abrió los ojos de par en par, lleno de incredulidad. -Es verdad, señor Diego. 

Sergio insistió con certeza. 

Diego dejó caer el celular, mirando pálido hacia mí. 

Yo seguía recogiendo mecánicamente las cenizas del suelo, sin querer dejar ni una sola partícula atrás. 

Diego se acercó temblando. 

-Lo siento, Blanca, no lo sabía… Te ayudaré. 

Diego se arrodillo y empezó a recoger las cenizas de mi madre con las manos. 

-¡No toques a mi madre, no eres digno! 

Aparté su mano con fuerza y rápidamente recogí las cenizas del suelo, luego le grité: -¡Diego, mi 

madre fue tan buena contigo, y no solo la mataste, sino que ni siquiera respetaste sus cenizas! ¿Cómo pudiste hacerle esto? 

Diego me miró desconcertado, como un niño que ha cometido un error. 

-¿Yo la maté? Blanca, ¿qué está pasando? ¿No estaba mejorando la salud de tu madre? Estaba lo suficientemente estable como para programar una cirugía. ¿Cómo es que murió de repente? Diego estaba completamente confundido. 

Me levanté y le dije: -¿Quieres saber por qué? Bien, te lo diré. 

-El día de nuestra boda, mi madre se levantó a las tres de la mañana para ayudarme a prepararme. Dijo que quería ser testigo de mi matrimonio, que quería ver con sus propios ojos cómo mě tomabas de la mano y me llevabas al altar. 

-¿Sabes? Ese día estaba especialmente feliz, no dejó de sonreír en ningún momento. Cuando los familiares y amigos llegaron a la boda, ella les decía a todos que había encontrado un yerno excelente, que eras muy respetuoso y que la cuidabas mucho, que realmente le gustabas y no podía dejar de hablar bien de ti. 

-Pero esperamos desde la mañana hasta el mediodía y no apareciste. Te llamé innumerables veces, pero no contestaste. 

-Los familiares comenzaron a murmurar, interrogando a mi madre: ¿No decías que tu yerno era excelente y respetuoso? ¿Por qué aún no ha venido a buscar a la novia?‘ Mi madre se sentía terriblemente avergonzada, pero mantenía una sonrisa forzada, explicando que seguramente habías tenido un contratiempo y pidiendo paciencia a todos. 

-Así, mi madre y yo tranquilizamos a todos los familiares y seguimos esperando desde el mediodía hasta la noche. W 

-Durante ese tiempo, no dejé de llamarte, pero no recibí ninguna respuesta. Mi madre estaba preocupada, no estaba enojada, sino preocupada de que algo te hubiera pasado a ti.


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