Chapter Capitulo 25
Capítulo 25
Elisa se sentia incómoda, queriendo poner fin a esa ambigüedad, pero con los paparazzi persiguiendolos, no se atrevía ni a moverse por miedo a que capturaran algo que pudiera afectar el precio de las acciones.
“No tengas miedo“, pareciendo captar su temblor, él tomó su mano pequeña con su amplia palma.
Elisa fue envuelta por su abrazo, confundida por un instante.
“Tio…” Ella sintió su reacción, y se puso aún más nerviosa.
Benjamín dijo en voz baja, “No sigas hablando.”
Su voz ahora era demasiado suave y dulce; él no podía resistirse.
“Pero…” Se sentía incómoda, con el tio presionando contra ella a través de la tela, su rostro ardiendo de rubor.
Especialmente cuando el coche se sacudía de cuando en cuando, como si estuviera animando la situación.
Elisa estaba tan nerviosa que se quedó sin aliento, su rostro enrojecido, agarrando el borde de su ropa.
Estaba tensa.
Mientras tanto, él permanecía inmóvil detrás de ella, abrazándola con una respiración ligeramente pesada.
De repente, el coche se sacudió violentamente, y ambos se abrazaron, quedando rígidos al mismo tiempo.
Elisa no pudo evitar dejar escapar un tierno “¡Ah!“.
“¡Cállate!” Benjamín cubrió su boca, susurrando ásperamente cerca de su oído, “Marcos está aquí, no debes gritar.”
Elisa “……”
No se atrevía a gritar, pero tampoco podía mantener la calma. Miró hacia atrás, y él no estaba en mejor condición, con las venas azuladas destacándose en su frente, como si estuviera luchando por contenerse.
Elisa no se atrevió a mirar y bajó la mirada para preguntar, “¿Ya llegamos?”
de nuevo
“Todavía no.” Benjamin la observaba, sus pestañas temblaban con inquietud y miedo.
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No pudo resistirse y la besó, “Te dije que no hicieras ruido.”
Elisa sintió un nudo en la garganta, abrumada por su beso apasionado.
Era un beso casi violento, lleno de prisa, con sus lenguas entrelazándose.
Elisa estaba atónita.
¿Por qué la estaba besando?
Casi se quedaba sin aliento, sostenida firmemente por él, devoraba la dulzura de su
boca.
Elisa se sintió débil con el beso, y cuando reaccionó, ya estaban en Jardín Encantado, sin rastro de Marcos.
Elisa tomó un poco de aire y dijo, “Benjamín, ya estamos en casa.”
“Mm.” Benjamin todavía tenía una mirada profunda, tomó su cabeza y mordió la marca de un beso en su cuello que estaba a punto de desvanecerse.
Dejó una clara marca de dientes.
Elisa se quedó atónita, levantando la mirada hacia él, “¿Qué estás haciendo?”
“Tú debes…” No escuchó el resto de la frase.
Pero más o menos sabía a qué se refería, y se sonrojó por completo, “¡Eso no es cierto!” “Claro que sí“, él la atrajo hacia su regazo, su mano hábilmente exploró bajo su ropa, apoderándose de ella, “Ayúdame a resolver esto.”
Elisa inhaló un soplo de aire frío, rechazando, “No, déjame en paz.”
“Fuiste tú quien lo empezó.” Benjamín estaba molesto.
“No es cierto.”
“¿Cómo que no? En el camino no dejaste de rozarme.” Su voz ronca, mordió suavemente el lóbulo de su oreja, “Date prisa, y ayúdame.”
“¡No quiero!”
Ella no estaba de acuerdo, sus hermosos ojos estaban cubiertos con una capa de lágrimas, pero se negaba.
Si no fuera porque el teléfono de Benjamín sonó, casi lo habría hecho con ella en el coche.
Benjamin miró su teléfono, viendo el nombre en la pantalla, su expresión ligeramente
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irritada, pero aun así contestó, “Hola.”
“Benja, me ha empezado a doler repentinamente mucho el estómago, pero no sé por qué ¿Puedes venir a verme?”
Al escuchar esto, Benjamin cerró los ojos y respiró profundamente, como tratando de
l calmar sus emociones, y dijo con voz grave, “Haz que el conductor te lleve al hospital, voy para allá.”
Elisa se dio cuenta de que la llamada era de Aitana.
Su cuerpo se puso tenso por completo, su estado de ánimo se enfrió y se levantó del regazo de Benjamín, bajando del coche como si estuviera huyendo…