Chapter Capítulo 666
Capítulo 666
“Rubi!” Gautier frunció el ceño, soltando su mano, “Ya te dije, Jazmín no es una estafadora, ella curó ml pierna, es mi salvadora. Aunque seas mi hermana, no puedes difamar asf a quien me ha ayudado
“No quiero volver a escuchar esas palabras, Ahora que estoy bien, por favor sal de aquí, necesito descansar un poco.”
La expresión de Gautier iba volviendo a la normalidad.
Ya no se veía tan pálido como antes.
Su respiración también se calmaba poco a poco.
“¡Hermano!” Rubi frunció el ceño, “¿Cómo puedes confiar tanto en ella? ¿Acaso es porque es bonita y le crees todo lo que dice?”
Isidro y Samuel también les pasó lo igual.
A pesar de que ella había crecido con ellos desde pequeños.
Pero todos terminaban defendiendo a Jazmín.
Ahora, incluso su propio hermano actuaba igual.
¿Qué, Jazmín les había dado alguna poción de amor o qué?
“No digas tonterías.” La expresión de Gautier se endureció, sus ojos afilados se cargaron de frialdad, “Yo sé mejor que nadie el estado de mi pierna. Está bien, ya puedes irte.”
Rubi se mordió el labio, queriendo decir algo más.
“Señorita, salgamos por favor. Elio está cansado, dejémoslo descansar.” El mayordomo, viendo la expresión de Gautier, intentó mediar.
Rubi, al ver la cara sombría de Gautier, mordió su labio con renuencia y dijo: “Está bien, hermano, me iré entonces. Tú… descansa bien.”
Rubi todavía tenía cierto miedo hacia su hermano, y no se atrevía a desobedecerlo
completamente.
Pero en su corazón, estaba convencida de que Jazmín era una charlatana, una
estafadora.
16.26
Al malit del dormitorio de Gautier.
En la planta baja, Rubi con el rostro tenso ordenó al mayordomo: “Llama al chofer para que traiga de vuelta a esa charlatana, directo al jardin trasero, que mil
hermano no se entere.”
El mayordomo vaciló: “Señorita, vi que Gautier respeta mucho a esa curandera. Si hacemos esto y él se entera…”
“Por eso te dije, que mi hermano no se entere.” Rubi, viendo dudar al mayordomo, respondió con desagrado, “¿Qué miedo hay? No le voy a hacer nada. Solo quiero hacerle unas preguntas.”
“No me tranquiliza ver a mi hermano sufrir asi.”
“Si mi hermano se entera, yo fui quien les ordenó hacerlo. Cualquier consecuencia, la asumo yo sola.”
En el camino.
El chofer recibió una llamada, tras colgar, miró a través del espejo retrovisor.
“Srta. Jazmín, me temo que tendrá que hacer otro viaje.” Dijo el chofer a la joven que estaba enfrascada en su juego en el asiento trasero.