Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Capitulo 739
Las luces de la ciudad comenzaron a brillar al anochecer.
Tal como Marisol habia supuesto, Antonio habia estado todo el dia en el
quiréfano. Después de desechar su equipo quirtirgico, camino hacia el ascensor
en su bata verde. Desde las ventanas, vela las luces de neén iluminar la ciudad.
Saco del bolsillo el anillo de plata que se habia quitado antes de la cirugia y se lo
volvié a poner en el dedo anular. Repetia este gesto varias veces al dia; habia
una normativa en el hospital que prohibla a los cirujanos llevar anillos durante las
operaciones. Aunque el proceso era tedioso, €l no se quejaba.
Mientras las puertas del ascensor se cerraban lentamente, Antonio giraba su
cuello, intentando aliviar la tension acumulada.
Habla tomado el primer vuelo de la mafiana a las cinco y media para regresar,
sin avisar a Marisol pues queria sorprenderla. Cuando el avién aterrizo, incluso
habia imaginado su cara sorprendida al verlo entrar de repente en casa. La
llamada del director del hospital habla sido inesperada, y no tuvo mas remedio
que atenderla. Luego llegaron dos casos de emergencia, y, siendo fin de
semana, el personal era escaso. Ademas, el instinto médico le impulsaba a
actuar. Tras tres operaciones complicadas, ya era tarde cuando por fin pudo
salir.
Al llegar al piso de cardiologia, Antonio salié del ascensor con pasos rapidos.
Pensando en Marisol que lo esperaba en casa, deseaba volver cuanto antes.
Habian pasado dias sin verse. Intent6 llamarla, pero su teléfono estaba apagado.
Con una mirada brillante en sus ojos encantadores, se preguntaba si ella habria
tenido hambre después de esperarlo tanto tiempo. El sin duda, estaba famélico.
Apenas habia tenido tiempo de abrazarla antes de correr a la cirugia, y ya se
sentia inquieto por volver a verla...
Caminando junto a la sala de las enfermeras, una se puso de pie al verlo y le
dijo con énfasis, “Dr. Antonio, hay alguien esperandolo en su oficina“.
“ijAh!“, Antonio echo un vistazo y continué su camino hacia su oficina sin
detenerse, pensando que Marisol se habia cansado de esperar en casa y habia
venido a buscarlo. Una leve sonrisa apareci6 en su rostro, sus ojos brillaban de
felicidad al pensar en ella.
Al abrir la puerta de su oficina, la encontré a oscuras, pero ain podia distinguir la
silueta de alguien sentado de espaldas
ael
Levanté una ceja y entr6 en la habitacion, caminando hacia la figura. Justo
cuando iba a levantarla por sorpresa, la persona se giro al oir el ruido. No era la
voz de Marisol la que esperaba escuchar.
“jAntonio!”
Se detuvo, con la mano atn levantada, y encendi6 la luz rapidamente. Al
reconocer a la persona, fruncié el cefio, “jJacinta, como es que estas tu aqui!”
Jacinta parecia haberse arreglado con esmero, con un cambio de ropa y
magquillaje cuidado. Al ver su mirada severa, se sintié algo herida, “Antonio, ¢qué
sucede? ¢No estas contento de verme?”
“No es eso, contesté Antonio, forzando una sonrisa, pero claramente
desilusionado.
Entonces entendi6 el tono insinuante de la enfermera. Dirigié su mirada hacia
Jacinta. “,Qué haces en mi oficina, hay algo que necesitas?”
*¢ Acaso no puedo venir a buscarte si no es por algo importante?” replicé Jacinta
con fingido enfado.
Antonio, con una mano en el bolsillo, se quedo callado.
Jacinta cambio su actitud al ver su reaccién, aunque mantuvo una sonrisa en
sus labios, “Esta mafiana tenia algo que decirte, pero Marisol llegé de repente,
Luego tu tenfas que operar de urgencia... Asi que decidi esperarte aqui, en la
oficina“.
Al terminar de hablar, se levanté y tomd la caja cuadrada que habla colocado a
sus pies, poniéndola sobre la mesa. El
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Capitulo 739
paquete transparente estaba atado con una linda cinta de seda y dentro habia
un pastel de blanco.
“Antonio, traje el pastel cme acompafiaras a soplar las velas y pedir un deseo?”
Jacinta habl6 con una voz dulce como la miel “Estoy realmente feliz, pensé que
tendria que pasar mi cumpleafios sola, pero tu recuerdas y volviste de tu viaje de
negocios antes de tiempo...”
“¢ Es tu cumpleafios hoy?” pregunté Antonio sorprendido.
“¢No lo recuerdas?” Jacinta se quedé perpleja, su expresion se congel y
pregunté con incertidumbre. “Antonio, ¢no volviste para celebrar mi
cumpleafios?”
Antonio miro fijamente con sus ojos encantadores y respondi6 con calma,
“Jacinta, estabas aqui durante el dia.”
Aunque habia bajado la voz al final, no habia evitado que otros escucharan
cuando le explicé a Marisol que repentino era para sorprenderla, asi que Jacinta
probablemente también lo habla oido.
su regreso
La cara de Jacinta mostro confusion, pero pronto sonri6 célidamente y tomé su
mano con ternura. “Antonio, sabia que todavia estabas molesto conmigo, por
eso lo hice a propdsito! No tienes que seguir ocultandomelo, ti y Marisol solo
tienen un matrimonio de conveniencia ya entiendo tus sentimientos!”
Antonio parecia sorprendido y funcié el cefio, pero antes de que pudiera
responder, se escuché un ruido repentino en la puerta.
“iDr. Antonio
Una enfermera con documentos en la mano corrié hacia adentro. Por la prisa, no
se detuvo a tiempo y, al ver la puerta abierta, entré tras unos choques,
sorprendida por la situacién, y pregunté nerviosa, “jEh! Dr. Antonio, queria
preguntarle. el paciente que acaba de salir de cirugia y fue llevado a la cama 15,
¢necesitara antibiéticos esta noche?”
“iNo hace falta!” respondié Antonio con seriedad.
“iEntendido!” La enfermera asinti6 y sali6 corriendo tan rapido como llegé.
Antonio observo cémo la enfermera se alejaba precipitadamente y retiré su
mano, colocandola detrés de su espalda como si quisiera evitar otro agarre.
Con un cefio muy fruncido, sabia que la oficina no era un lugar para hablar,
especialmente por la noche, ya que podria dar lugar a malentendidos y
problemas innecesarios.
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Antonio mir6 a Jacinta, cuyos 0jos
brillantes seguian fijados en él con
una emocién enmarafiada que era
evidente incluso sin la ayuda del
alcohol Sus labios se apretaron
ligeramente y después de dos
os Pe s

segundos de reflexién, dijo. “Jacinta,
esperame un momento, voy a
cambiarme de ropa y hablamos

" .
afuera.” The content is on
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Jacinta acept6 sin objeciones.
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Espero pacientemente en la puerta
hasta que él se quito la bata de
cirujano y salié con ropa casual de
color gris carbon. Ella lo siguié con
una sonrisa, levando el pastel en la
mano. The content is on
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El Cayenne negro activé la sefial de giro a la derecha y se alej6 en la oscuridad
de la noche.
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Antonio, que estaba sentado en el
asiento del conductor encendiendo
un cigarrillo, no se dio cuenta de que,
justo después de su partida, un taxi
se detuvo en la entrada del hospital.
La puerta trasera se abri¢ y Marisol,
sosteniendo firmemente su bolso,
bajé con la cabeza gacha como un
fantasma deslizandose hacia afuera.
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