Dulce Disparo al Jefe Cachorro Enamorado

Chapter 737



Capitulo 737

Marisol se sentia frustrada cuando, justo en ese momento, se abrieron las
puertas del ascensor con un “ding” y. agachando la cabeza para abrazar a Nina,
cambi6 rapidamente de tema y dijo: “Aqui esta el ascensor, vamos a aprovechar
la reputacién de Antonio y colarnos en la fila“.

La revision médica fue muy rapida y en tan solo media hora ya estaban bajando
de nuevo en el ascensor.

Gisela, viendo a Marisol mirar a su alrededor en el piso de cardiologia, se rio y
comentd: “Antonio debe estar volviendo de su viaje, ¢ verdad?”

“Um...” Marisol confirmo, calculando mentalmente y con timidez agregé. “El
préximo martes, solo quedan dos dias!”

“iPor fin! Has sobrevivido, ya no tendras que estar sola en casa*, Gisela no
perdio la oportunidad de burlarse de ella.

Marisol avergonzada, empez6 a patalear y dijo: “Gisela, no hables de esas
cosas delante de la nifia!”

La pequefia, sosteniendo su mufieca, se tapo los oldos con sus manitas y
parpadeando sus grandes ojos, indicé: “Nina no ha escuchado nada!”

“iEres una traviesa!” Marisol no sabia si reir o llorar.

Cruzaron el largo puente de cristal y salieron directamente del edificio de
consultas.

Al bajar las escaleras, vieron un poderoso carro blanco frenar bruscamente
frente a ellos, y el conductor que salt6 del asiento del piloto era Hazel con sus
gafas.

Marisol estaba acostumbrada a verlo en su pose de gran jefe sentado en su
carro de lujo, pero era la primera vez que lo veia conduciendo.

Observando las marcas de los neuméticos en el suelo, Marisol hizo un par de
sonidos de desaprobacion.

iQué curioso que los habitos de conduccién de los hermanos fueran tan
parecidos!

“Papa—

La pequefia, que habia estado de la mano de ambas mujeres, dejo caer su
mufieca y corrié emocionada hacia él

Hazel se inclino y abrazo a su hija, y detras de los lentes, su mirada indiferente
se suavizé un poco. Luego, arrugo la cara, miro a Gisela con desagrado y dijo:
“¢ Por qué no me llamaste?”

Gisela, viendo al padre y a la hija juntos, respondié con tono suave: “Debias
estar muy ocupado, y ademas era solo un chequeo, puedo manejarlo sola, jno
necesitas molestarse!”

“¢ Qué significa “molestarse“?” Hazel parecia enojado y dijo con firmeza: “Gisela,
isoy el padre de Nina!”

Gisela parecia atragantada con sus palabras y no tenia cémo refutar ese hecho,
asf que simplemente se gir6 con su rostro palido.

Antonio abri6 la puerta trasera del carro, donde estaba la silla de seguridad para
nifios, y colocé a Nina en ella. Luego, extendi6 la mano para agarrar de la
mufieca de Gisela: “Sube al carro, prometi llevar a Nina al parque de diversiones
esta

semana.”

“iNo hace falta!” Gisela no aceptd su propuesta, con un tono que buscaba
establecer limites: “Marisol nos s acompafiara. ella puede ayudarme a cuidar a
Nina.”

La pequefia, sentada en su silla de seguridad, miraba a su madre con ojos
grandes y suplicantes: “Mama, ¢podemos dejar que papa venga con nosotros?”
Las dulces palabras de la nifia golpearon a Gisela, que se quedé paralizada.
Hazel fruncio el cefio al ver a su hija y a Gisela, luego miré a Marisol con el cefio
fruncido: “¢ Marisol?"

Al ser barrida por esa mirada detras de las gafas, Marisol se sinti6 incomoda y
carraspeo suavemente: “jEh! Bueno, de repente recordé que tengo otras cosas
que hacer. Hazel, cuidalas, llévalas ti.”

“Hmm®, Hazel asintio satisfecho.

Entonces, sin esperar a que Gisela diera su aprobacion, la meti6 a la fuerza en
el carro y, tras cerrar las puertas, el

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Capitulo 737

poderoso carro blanco salié rapidamente del hospital.

Marisol los observo hasta que el carro desaparecio, aunque no estaba segura de
si era correcto avivar las llamas de esa manera. Tal vez Gisela y Hazel no
terminarian juntos, pero después de todo, la nifia era inocente y ambas partes
querrian que Nina fuera feliz y alegre.

Lo que iba a ser un fin de semana ocupado, de repente se convirti6 en tiempo
libre.

Marisol se encogié de hombros mirando el tréfico congestionado, decidi6é tomar
el metro, pero al girarse, su mirada capt algo inesperado. Se detuvo
bruscamente, incredula, y miro hacia la direccién de emergencias.

En el vestibulo de urgencias, habla una figura erguida vestida en gris carbon, los
pantalones perfectamente planchados. Aun de espaldas, ella lo reconoci6 al
instante.

¢ Como podia ser que alguien que se suponia que estaba de viaje, estuviera en
ese lugar?

Lo que mas le hizo estrechar los ojos fue ver a Jacinta, vestida con un elegante
vestido largo negro cefiido a la cintura. de ple frente a él. No podia ver su rostro,
pero era evidente la sonrisa en los hermosos ojos brillantes de Jacinta.

Marisol trago saliva dos veces seguidas.

Si ya habia visto, no podia fingir que no era asi. Con los dientes apretados,
camino directamente hacia ellos. “—jAntonio!” “¢ Marisol?” Antonio se volvié
sorprendido al oirla, “cQué haces ti aqui en el hospital?”

iEsa era la pregunta que ella deberia estar haciendo!

Marisol apret6 los labios. ¢ No estabas de viaje?"

Antonio parecié negar con la cabeza, con una sonrisa resignada en los labios.
“Regresé dos dias antes de lo previsto. queria darte una sorpresa, pero parece
que ti me sorprendiste a mi.”

Una sorpresa...

Marisol estaba sorprendida, la alegria no estaba por ninguna parte.

“Vine con Gisela para que Nina tuviera una revision en el hospital Dijo con tono
calmado, pero sus ojos se volvieron hacia Jacinta, y sus manos se cerraron en
pufios detras de su espalda.

“Recién baje del avién y recibi una llamada del director del hospital, su madre de
avanzada edad sufrié un infarto y fue traida al hospital, apenas lograron
estabilizarla en emergencias y la situacion es critica, necesita una operacion
urgente. El director quiere que yo encabece la cirugia, asi que sin tiempo ni para
dejar mi equipaje en casa, vine directo al hospital” explicé Antonio, acercandose
como si leyera sus pensamientos, “Me encontré con Jacinta que vino a visitar
una amiga. Estaba a punto de cambiarme para la cirugia, apenas si
intercambiamos un par de palabras antes de verte jNo te pones celosa,
entendido?”

Marisol mordié su labio ligeramente, bajando la mirada hasta notar la bata
blanca que el llevaba en la mano y. efectivamente, en él se notaba el aire de
alguien que ha viajado.

Aunque se sinti6 aliviada, atin sentia cierta incomodidad.

La opresion se extendia por su pecho, especialmente al encontrarse con la
mirada de Jacinta. Se sentia completamente expuesta. Esta era la segunda vez
que los veia juntos. ¢qué pasaria cuando ella no estaba presente?

“El paciente ya ha sido trasladado al quiréfano para los preparativos, yo también
debo apurarme,” Antonio miré su reloj. con urgencia en su voz, y antes de
alejarse con pasos largos, se inclino para susurrarle al oido. “Sra. Pinales, tengo
hambre desde hace mucho.”

Marisol se encogid ligeramente, y a pesar de todo, su corazon se acelero con
sus Ultimas palabras.

Relajo las manos y asintié levemente a Jacinta, girandose hacia el elevador para
dirigirse al departamento de cirugia cardiaca y recoger el equipaje que él habia
dejado en la estacion de enfermeria.

No habla caminado ni dos pasos cuando escuché el sonido de unos tacones
altos detras de ella. “Marisol”

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