Chapter Capítulo 242
Capitulo 242: Lo que Yo Quiero, Siempre Has Sido Ta
Llamando a Valentina mi esposa» repetidamente, Santiago no podia ocultar su
satisfaccion. Thiago, por su parte, no podia evitar pensar para sus adentros:
-Mi esposa, mi esposa... dofia Mendoza ni siquiera sabe que usted es don
Mendoza. Si lo descubre, ¢y si lo rechaza de un puntapié?
Mientras pensaba, Thiago no pudo evitar soltar una risa burlona internamente.
Pero el rostro normalmente alegre de Santiago se torné sombrio al instante,
fijando su fria mirada en Thiago.
Thiago se alarmé, sintiendo un repentino panico y rapidamente adopt6 una
expresion aduladora.
-Don, usted le ha mostrado a dofia Mendoza un corazén sincero. Si ella se
entera de todo lo que ha hecho, seguramente estara conmovida.
Antes de que pudiera terminar, Santiago interrumpié con desagrado.
-¢Qué dofia Mendoza? Ella no sabe que soy don Mendoza, pero si lo supiera...
Santiago no termino la frase, pero su mirada era tan afilada que parecia cortar.
Thiago se dio cuenta de que habia dicho en voz alta lo que solo pensaba
internamente, sintiendo que la mirada asesina de Santiago podria hacer que hoy
fuera su ultimo dia.
Justo cuando Thiago estaba a punto de perder toda esperanza, soné su
teléfono. Aparecia «dofia Mendoza en la pantalla. Como si hubiera encontrado
un salvavidas, Thiago exclamé
emocionado:
-Don, rapido, mire, dofia Mendoza...
Santiago fruncié el cefio. ¢ Valentina estaba llamando a Thiago? Por un
momento, sinti6 celos, pero luego se dio cuenta de que si Valentina llamaba al
teléfono de Thiago, probablemente
estaba buscando a don Mendoza.
Inmediatamente, Santiago se enderez6 y ordeno:
-jContesta!
Sin demora, Thiago atendi6 la llamada.
-Buenos dias, sefiorita Lancaster.
Del otro lado, Valentina estaba sentada en su oficina, frente a ella, el montén de
documentos que don Mendoza le habia entregado. Tras un largo momento de
reflexion, decidi6 llamar a don Mendoza para pedirle otro favor, aunque no
estaba segura de que él estuviera dispuesto a ayudar.
Al escuchar la voz al otro lado del teléfono, Valentina se armé de valor.
-Hola, estaba buscando a don Mendoza, ¢ seria posible...?
-Por supuesto, claro que si!
Thiago respondié con entusiasmo, echando una mirada a Santiago, quien ya
extendia la mano
impaciente por tomar el teléfono, y Thiago no pudo evitar fruncir el cefio
internamente.
-Sefiorita Lancaster, por favor, espere un momento..
Con calma, Thiago paso el teléfono a Santiago. Al tomarlo, Santiago bajo
intencionalmente el
tono de su voz, consciente de que Valentina estaba buscando a don Mendoza.
-¢ Qué sucede? -pregunté don Mendoza, su voz profunda y sin revelar emocién
alguna.
Valentina se sobresaltd, casi colgando el teléfono por el susto. Pero Santiago
rapidamente
insistio:
Dime, ¢qué necesitas?
Valentina tomg aire.
-Bueno, don Mendoza, sobre la informacién que encontré para mi, esos
documentos, ¢ podria proporcionarmelos?
-¢ Qué planeas hacer con ellos? -Santiago intuy6 su propésito.
-Quien comete un asesinato, debe pagar el precio.
La voz de Valentina era fria como el hielo.
El accidente de su madre habia sido un asesinato planificado por Marc, y ella
estaba decidida a
hacer que Marc pagara por sus acciones.
Al otro lado, Santiago guard6 silencio por un momento, antes de finalmente
responder:
-Esta bien.
Valentina solté un suspiro de alivio.
-Gracias, don Mendoza. Has hecho mucho por mi, ¢hay algo que pueda hacer
por ti?
Recordaba aquella noche en la Villa Valenzuela, cuando él nunca dijo lo que
queria a cambio. Al
preguntar esto, Valentina se sentia insegura, sin saber qué esperar de don
Mendoza. La imagen de su esposo cruzé por su mente, clarificando una cosa:
estaba dispuesta a hacer cualquier cosa, siempre y cuando no fuera ella misma
lo que él quisiera.
Pero justo cuando este pensamiento cruzaba su mente, la voz profunda de don
Mendoza reson al otro lado del teléfono:
-Lo que yo quiero, siempre has sido td.
Estas palabras, cargadas de sinceridad por parte de Santiago, hicieron que
Valentina, casi por instinto, tragase saliva y colgara rapidamente el teléfono.
Santiago lo habia hecho a propésito. Las palabras de Thiago claramente lo
hablan afectado. Aunque Valentina pudiera quererlo, su afecto era hacia su
esposo. Pero él era Santiago, y su intencién era presentarse como don
Mendoza, para hacerla la dofia Mendoza més distinguida dentro de la
Corporacién Mendoza, expresandole su amor bajo esa identidad.
La reaccion de Valentina estaba dentro de sus calculos. Pero eventualmente,
ella tendria que conocer los verdaderos sentimientos de don Mendoza, y tal vez
asi, poco a poco, comenzaria a aceptarlo.
Mientras Santiago meditaba sobre esto, Valentina se sentia turbada, incluso
arrepintiéndose de haber preguntado. ¢ El siempre la habia querido a ella? Si no
fuera por su esposo, podria haber soportado la peligrosidad de don Mendoza.
Pero ahora, pensando en lo que su esposo habia dicho la noche anterior sobre
la boda, anhelaba ese dia y sabia que sus sentimientos hacia su esposo habian
cambiado.
Sin embargo, una inquietud indescriptible la acompafiaba, persistiendo hasta la
tarde y dejandola con un sentimiento de intranquilidad.
En ese momento, Dante entr6 corriendo a su oficina, tan emocionado que ni
siquiera toc la puerta, sus ojos brillando.
-Jefa. ¢ sabes qué buena noticia ha ocurrido?
Valentina lo miro.
-¢ Qué buena noticia?
-Los proveedores... y los socios...
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Dante estaba tan emocionado al
compartir los correos electrénicos de
varios SOCIOS y proveedores
buscando colaborar, que no podia
contener su entusiasmo. The content
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-Jefa, ¢ qué dia tan especial es hoy?
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Valentina fruncio el cefio. Habia
rechazado a esos socios por la
manana. Y ahora, otros socios. se
estaban acercando, claramente
alguien estaba ayudandola. ; Alonso?
Aung ue inicialmente no queria
prestar atencion a estas solicitudes,
a Ue
la noticia la motivo a llamar a Alonso.
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Al ver la llamada de Valentina, Alonso
se sorprendio ligeramente. Al tomar
el teléfono, su mano temblaba
imperceptiblemente. Se obligo a
sonreir antes de contestar, y antes de
que pudiera hablar, escucho la voz de
Valentina. The content is on
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-Sefior Valenzuela...
No era “hermano, sino «
sonrisa.
-Valen, incluso si quieres distanciarte de la familia Valenzuela, sigo siendo tu
hermano Alonso,
acaso ya no me reconoces?
[4
Valentina tembld interiormente. Alonso siempre habia sido muy protector con
ella. Su tono de
voz melancélico la hizo sentir culpable, finalmente murmurando:
-Hermano...
Al escucharla llamarlo, Alonso respondié con una voz suave:
-Eso esta mejor.
Valentina, pensando en don Rall, vacilé por un momento antes de preguntar con
preocupacion:
-¢ Como esta don Ral Gltimamente? ¢ Su salud esta bien?
Su corazén aun albergaba preocupacion por don Raul. Al detectar su cuidado,
Alonso vio un destello de esperanza.
-Valen, no es que don Ral no te quiera, si tu....
Su voz se llené de urgencia, pero Valentina, anticipando lo que diria, lo
interrumpié:
-Alonso, incluso si yo no me fuera, habria quien quisiera que me fuera.